una joven común un día lee una novela y se da cuenta de que siente pena por una extra Aris Horissen. nunca imagino que al despertar sería esa misma Aris Horissen ,sin embargo Aris no es la protagonista de la novela.
Aris se niega a casarse con el pr...
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"Elsa no conoce mi identidad", el príncipe heredero frunció el ceño.
"Sí, pero ¿no es hora de decirle la verdad, Su Alteza?"
Razaen tenía razón: había pasado un mes desde que Hiel la conoció y se sentía cómodo en su compañía. Más que una amante, era más como una amiga.
"¿Qué pasa si ella se vuelve ambiciosa?"
"Bueno, puedes romper la relación en ese momento".
"Creo que sería una lástima si llegara a eso".
Las cejas de Razaen se levantaron ligeramente. ¡Oh mi! ¿Estaba Hiel sintiendo preocupación por una amante? Estaba un poco sorprendido por la actitud del príncipe heredero, pero recordó cómo Aris sugirió una vez que Su Alteza parecía estar tratando a esta nueva mujer de manera diferente. Realmente parecía ser el caso.
"¿De verdad lo dices en serio?" Razaen preguntó.
"Sí."
"Creo que ella no lo hará".
"Yo tampoco creo que sea probable, pero" Hiel se echó el cabello hacia atrás y suspiró. "Parece que necesitaré tener una charla con ella".
Faltaba una semana para la mascarada, y tendría que arreglar todo antes de eso. Si bien podía bailar con Violet, sabía que ella preferiría bailar con Limontri.
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'Ay, me duele' pensó Aris, haciendo una mueca de dolor.
La semana había pasado como un relámpago y era la noche del baile de máscaras. Aris se había levantado temprano para prepararse y estaba recibiendo un masaje de cuerpo completo. Las criadas entrenadas como masajistas apretaban y pellizcaban su cintura y muslos para estimular la circulación y el drenaje linfático para ayudarla a adelgazar. A pesar de que sus músculos se beneficiaron de la relajación, el proceso siguió siendo doloroso ya que las masajistas pusieron mucha fuerza en sus manos.
El dolor continuó incluso cuando las criadas le dieron la vuelta y su espalda descansaba contra el suave lino. Envolviéndola en una toalla, las criadas comenzaron a presionar con fuerza sus muslos. Esa no fue la única parte del cuerpo en la que se enfocaron: su seno también fue amasado para ayudar a que se vieran más voluptuosos. El dolor era tan intenso que Aris tuvo que apretar los dientes para evitar que su grito interno se filtrara. Después de todo, la belleza es dolor.
Cuando finalmente terminó la terrible experiencia, Aris tomó un sorbo de agua caliente mientras se recuperaba del mareo.
"Por aquí, mi señora. Necesitamos que te cambies rápidamente para que conozcas al gerente de Cardaros y la Sra. Anson", dijo Lucine, agarrándola y llevándosela. Ella ha estado esperando afuera para llevar a Aris de regreso a la habitación para decidir su vestido para la noche. Aunque Lucine había pasado la semana revisando los innumerables vestidos de Aris y eligiendo opciones, ninguno se destacaba como "el indicado", por lo que se vio obligada a dejar de lado algunas opciones que le quedaban bien a Aris y pedirle a su señora que se las probara para ver su talla.
