una joven común un día lee una novela y se da cuenta de que siente pena por una extra Aris Horissen. nunca imagino que al despertar sería esa misma Aris Horissen ,sin embargo Aris no es la protagonista de la novela.
Aris se niega a casarse con el pr...
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"¡Tengo buenas noticias para ti!"
"¿Qué es?"
"¡Ta-dah!" Lucine sacó una carta.
Los ojos de Aris se movieron hacia el sobre y se agrandaron. "Eso es"
"Sí", asintió Lucine.
"¿Roy logró escribir una carta?" Aceptó la carta de Lucine y la abrazó con fuerza contra su pecho en su emoción.
_Entonces, te dejo para que lo leas", dijo Lucine, excusándose de la habitación para darle a Aris un poco de privacidad.
Una vez sola, Aris abrió cuidadosamente el sobre. La letra audaz y prolija era inequívocamente de Roy.
A mi amada Aris,
Se sentía como si le hubieran quitado el aire del pecho. Cada vez que leía estas palabras, sentía que él le profesaba su amor. Aris se sonrojó al recordar su beso, su toque, esa sensación, su respiración. Todo estaba grabado a fuego en sus recuerdos vívidamente.
El contenido de la carta era simple: él estaba en movimiento por lo que sería difícil recibir su respuesta, ella no debería molestarse en escribirle y él vendría a buscarla cuando llegara a la capital. También le advirtió que no se resfriara ya que los días se estaban volviendo más fríos.
Faltaba un detalle en la carta que la hizo fruncir el ceño. No había mencionado sus próximas nupcias en absoluto. ¿Estaba esperando para discutirlo en persona? "Qué bueno hubiera sido si él expresara su entusiasmo por celebrar la boda antes", se lamentó.
Parece que tendré que decírselo la próxima vez que lo vea, zanjó. No existía tal cosa como un lector de mentes, así que ¿cómo podía esperar que él supiera lo que estaba en su mente si ella no se lo decía? Presionando los pliegues de la carta, tomó otro sorbo de té, antes de mordisquear otra galleta mientras comenzaba a releer su carta. Era algo de lo que nunca se cansaría.
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La capital, Rirode, aparecía a lo lejos, fluyendo con todo su esplendor. Roy y Thurwin detuvieron sus caballos para contemplar la vista. "Vamos. Date prisa. Fueron las palabras de Risak las que los sacaron de su ensimismamiento.
La mayoría de los soldados que asistieron a la fiesta de Año Nuevo eran nobles que poseían una mansión en la capital. Había plebeyos ocasionales, pero en su mayoría eran hijos de familias ricas de comerciantes, o aquellos que habían crecido en la capital. Roy y Thurwin fueron los únicos dos con logros en la guerra que procedían del campo. Muchos miraron a Roy con envidia después de escuchar la invitación de Risak para que se hospedara en la mansión del general durante su estadía en la capital. Era claramente el favorito del general.
