una joven común un día lee una novela y se da cuenta de que siente pena por una extra Aris Horissen. nunca imagino que al despertar sería esa misma Aris Horissen ,sin embargo Aris no es la protagonista de la novela.
Aris se niega a casarse con el pr...
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"¿Por qué no hacemos un poco de turismo mientras estamos en la capital?" Thurwin sugirió emocionado. "¿Cuándo volveremos a estar en la capital? Deberíamos mirar alrededor mientras estamos aquí".
Roy lo miró. Hacer turismo, "¿eh? Supongo que está bien ya que tenemos tiempo". Estaba de un humor excepcionalmente bueno, ahora que estaban lejos del campo de batalla. Pensó que sería bueno echar un vistazo a la capital, como había sugerido Thurwin. Por supuesto, su máxima prioridad era su audiencia con el emperador. "Tendré que terminar lo que vine a hacer primero".
"¿Cuánto tiempo llevará? Siento que terminará rápidamente", dijo Thurwin encogiéndose de hombros. Roy estuvo de acuerdo: ni el emperador ni el príncipe heredero tendrían mucho tiempo que perder. Probablemente estaban ocupados con los preparativos para el Baile de Año Nuevo, por lo que no esperaba que ninguno de los dos hablara con él por mucho tiempo. Poco después, el carruaje se detuvo y Thurwin y Roy le pagaron el pasaje al cochero. La tienda de ropa frente a ellos ocupaba todo el edificio. Roy empujó la puerta y entró en la tienda.
"Bienvenidos", dijo el tendero, saludándolos con una cordial sonrisa. Los dos hombres que entraron vestían capas raídas, pero el comerciante era un profesional absoluto: cada individuo era un cliente, independientemente de cómo estuviera vestido. Aún así, mantuvo bajas sus expectativas, asumiendo que probablemente estaban buscando algo económico. Uno de los hombres se bajó la capucha de la capa: era un tipo apuesto de pelo verde. 'Oh'. Era bastante guapo. 'Con ese tipo de cara, esto se vería excelente en él', pensó el comerciante mientras buscaba en los estantes ropa adecuada para el hombre.
En ese momento, el hombre a su lado también se quitó la capa. Un jadeo escapó del comerciante. En sus muchos años de negocios, se había encontrado con innumerables hombres sorprendentes, pero ninguno tan impresionante como este. Este Adonis tenía iris azules centelleantes, piel de marfil brillante y cabello negro que parecía brillar. Más importante aún, había algo familiar en el hombre; el tendero se sintió como si lo hubiera visto antes. "¡Dios mío! ¿Es usted, acaso, el comandante Roy?" El exclamó.
No mucho antes, uno de los periódicos había publicado una historia que informaba sobre los logros de batalla de Roy. Se había impreso un retrato de Roy junto con el artículo, y la belleza del hombre había incitado un frenesí de compras que hizo que la edición saliera volando de los estantes y que la popularidad del periódico se disparara. Así fue como el tendero se había familiarizado con el rostro de Roy; recordó estar asombrado por las características llamativas de Roy. ¡Ese retrato no le hizo justicia! Fue otra experiencia completamente verlo en persona. Ahora que el comerciante se enfrentó al hombre en cuestión, se dio cuenta de lo inadecuado que había sido el retrato para capturar su belleza.
Thurwin asintió con la cabeza. "Si,es él".
"¿Qué tipo de ropa buscas en el mercado?" preguntó el tendero.
