CAPÍTULO 12

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Narradora omnisciente:

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Narradora omnisciente:

—¡Camina más rápido, Eduardo!—ordenó Richie a paso apresurado aún con la chica en brazos

—¡Esperen! No podemos llevarla a un hospital—se detuvo Beverly, los demás copiaron su acción

—¿Acaso no ves cómo está? Parece que tú necesitas más los lentes que yo—rodó los ojos

—Haremos algo, pero no llevándola a un hospital. Tendrían que llamar a sus padres, le prohibirían salir hasta los setenta años, ¿acaso quieres eso?—dijo con obviedad y se cruzó de brazos, Richie la miró por un momento

—¿Qué sugieres?—dijo rendido, por supuesto que se preocupaba por la chica, pero también le preocupaba que hubieran consecuencias y por ende no la volviera a ver fuera de casa

—Se quedará en tu casa, es la que más cerca queda de la suya, llamaré de tu casa a la suya y diré que se quedará un par de días a dormir en mi casa, la atenderemos en la tuya. Nadie puede enterarse que está ahí, ¿bien?—ideó el plan, todos aceptaron—Bájala, intentaré despertarla

Richie se arrodilló, al, igual que Beverly, dejando a Amelie abrazada de su amiga, quien la tomó con cuidado tratando de no lastimar su brazo.

—¡Sabía que estarías aquí!—gritó una voz ajena a alguien del grupo

La mamá de Eddie caminó hacía ellos a paso molesto y rápido, mientras juzgaba con la mirada a los chicos.

—Ustedes le hicieron esto, saben lo delicado que es—pasó por entre el grupo

—Nos atacaron—dijo Denbrough, siendo ignorado

—Nos largamos, Eddie Bearordenó tomando el brazo de su hijo, quien bajó su mirada por la vergüenza del momento, sosteniendo su brazo fracturado

—Señora K.—intentó explicar Bill, la mujer volteó bruscamente

—¡Eddie ya no saldrá más a jugar! Le han hecho daño—escupió con desagrado mientras buscaba las llaves de su auto en su bolso, las cuales se cayeron cuando fueron sacadas

Beverly, desde el piso a un lado de la castaña, intentó tomarlas y dárselas, la mujer fue más rápida, las tomó y juzgó con la mirada a la pobre pelirroja.

—No creas que no he escuchado lo que dicen de ti—habló la señora—No imagino todas las cosas sucias que debes hacer, incluyendo corromper a la niña Wright, qué desagradable. No permitiré que alguien como tú toque a mi hijo

Beverly bajó la mirada, estaba avergonzada, molesta, confundida. Toda su vida había sido diferente a la que tenían otras chicas, sin su madre, con un padre abusivo y en un pueblo pequeño, tuvo que crecer como persona por si misma, lejos de su padre y sin él apoyo de otra mujer, aprendió a cuidarse por sí misma y a tomar riesgos, como consecuencia el pueblo pensaba mal de ella, llamándola promiscua al juntarse con chicos, al usar ropa diferente, y juzgar su vida al siempre verla sola, antes de estar con los perdedores, cosa que había empeorado la situación.

Be mine, Amelie -Richie Tozier-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora