"Un amor como el de la luna con el sol, que a pesar de la distancia, saben que se tienen uno al otro, que a pesar de sus diferencias, se aceptan tal y como son, y que juntos forman un eclipse perfecto"
-¿Qué dices, Amelie? -tomó una de mis manos
-Di...
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Richie's pov
No había podido dormir en toda la noche, me había quedado observando a Amelie dormir plácidamente, al igual que había estado pensando en sus palabras, ¿por qué carajo no le había dicho lo que realmente me pasaba? Sencillo, las cosas estaban resultando bien, todo alrededor de ella se sentía bien, no quería echar a perder todo como siempre, al igual que no quería que se viera afectada por algo que no tiene que ver con ella.
Los golpes tardaron en parar, sentía el impulso de ir a ayudar a mamá, pero simplemente resultaría peor de lo que ya era, probablemente papá me traería al cuarto para hacerme lo mismo, y así vería que Amelie se encontraba aquí, no quería que ese bastardo se le acercara menos de 20 metros, no mientras pudiera evitarlo. No sabía lo que me pasaba con ella, pero sentía que a ella le pasaba lo mismo, y eso era increíble, no podía evitar sentirme completo cuando veía su sonrisa o escuchaba sus carcajadas, ¿qué era lo que me pasaba? no tengo ni la más mínima idea, pero me gusta.
—¿Vas a seguir viéndome o quieres que hablemos sobre lo que no te dejó dormir toda la noche?—escucharla de repente hizo que me sobresaltara, me removí fingiendo que no la estaba mirando cuando claramente ella sabía que sí lo hacía
—¿De qué hablas, sonrisas? Ni el terremoto más fuerte pudo haberme despertado anoche—dije sarcástico, ella se sentó en la cama, justo frente a mí, me miraba con pesar y eso era lo que no quería, esa mirada que te hace creer que puedes contar lo que te atormenta, pero en el fondo sabes que lo hacen porque sienten pena por ti, lástima, y yo no quería ser eso ante sus ojos—No me hagas esto, por favor
—Intento ayudarte, como tú lo has hecho por mí, no soporto verte así—dijo ella, sus palabras hicieron eco en mi cabeza, cuando hablaba de esa forma era inevitable quedar embobado
—Puedes ayudarme fingiendo que nada de esto pasó, eso me serviría mucho—sonreí para alivianar el ambiente, tampoco me gustaría que esto la abrumara a ella
—Sólo si prometes que estarás bien, y que si esto llega hasta ti no dudarás en buscarme—tendió su dedo meñique, para entrelazar el mío
—Te preocupas demasiado por los demás, sonrisas. Deberías preocuparte más por ti—comenté
—Cuando lo haces por los demás no tienes que ponerte a pensar que tus problemas también existen, es mucho más fácil—su mirada, había cambiado, ahora parecía que algo la atormentaba, algo de lo que no era capaz de hablar, conocía perfectamente esa mirada, seguido era como la mía
Iba a decir algo al respecto, sin embargo el sonido del teléfono nos sobresaltó a ambos, haciendo que desviáramos nuestros ojos al teléfono. Me levanté y atendí la llamada algo molesto.
—¿Hola?—dije después de suspirar
—Soy yo, Beverly, llevo algunas cosas para Amelie, ¿hay alguien en tu casa?—preguntó la pelirroja, rápidamente me asomé por la puerta de mi cuarto, casi llegando a las escaleras, mamá no estaba, era sábado y solía salir con Donna, una amiga cercana