003 | 𝕮𝖊𝖈𝖎𝖑𝖎𝖆

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Bayaceto se dirigía a los aposentos de su madre con pasos apresurados, el enojo del príncipe era evidente.

—Madre, ¿Que esta sucediendo? ¿Cómo puede ser posible que escogieran a Osman?

—Calmate hijo, hay que hablarlo con calma.

—¿Cómo puedo sentarme madre? ¿Cómo es posible que su majestad tomara esa decisión?

—¿Cómo lo hizo?

—Silencio Mihrimah.—La sultana tampoco podía creer aquella decisión.—Ambos ¿Creen que pueden cuestionar de su padre? Si su majestad lo considero digno, no hay nada que podamos hacer, todos obedeceremos.

—Parece que no te importa está decisión madre, su majestad me ha castigado una vez más y yo no he hecho nada malo.—El príncipe se retiró apresuradamente de los aposentos de su madre.

—¡Bayaceto!—Su hermana trato de detenerlo en vano.

—Déjalo Mihrimah, no está en condiciones de hablar con alguien.

—No lo creo, durante tanto tiempo apoyamos a Bayaceto.

—Quizá esto se lo mejor Mihrimah, Bayaceto es muy descuidado y un poco impulsivo, aún debe madurar más.

—Si siempre pensaste así, ¿Porque lo ocultaste? Rustem lo sabe ¿Verdad?

—Claro que no, aún no se lo he dicho nadie porque hubiesen intentado evitarlo.

—Porque es el único modo, no será Osman no es capaz de gobernar una provincia, nunca ha gobernado una, está decisión no tiene ningún sentido.

—¿No lo sabes Mihrimah? Bayaceto es mi mayor esperanza, no iba a enviarlo hasta que estuviera segura de que pudiera ir. Osman es sumiso, no tiene ambiciones, no es una amenaza, pero Bayaceto no, tiene la inteligencia superior de su padre y una naturaleza de guerrero es un gran competidor, no podemos arriesgarnos a perderlo, confía en mí Mihrimah, con esta decisión estaremos todos a salvo.

—Esto es un error, al querer detener a Mustafá, solo hiciste que Osman fuera el nuevo hijo favorito de su majestad.—
Mihrimah se retiró bastante decepcionada de su madre.

...

—Ya he dado las instrucciones su majestad, después de los preparativos su alteza irá a Manisa.

—Vigila de cerca a Osman, Rustem, no quiero que se abrume con el peso de esta carga.

—No se preocupe su majestad, con el tiempo la ingenuidad desaparece, siempre tendré un ojo sobre el.—En ese momento se escuchó un golpe en la puerta.

—Adelante.

—Su majestad, el príncipe Mustafá se encuentra aquí, ya ha llegado. Rustem salió para poder recibir al príncipe.

—Su alteza ¿Que lo hace sufrir de este modo? ¿Acaso sigue soñando con Manisa?

—Ya no te sobrepases Rustem, una particula de mis sueños quemaría tus ojos y luego te cegaría ¿Entiendes?

Rustem no dijo nada más y lo guío dentro de los aposentos de su majestad; este mismo se encontraba alimentando algunas palomas.

—Bienvenido Mustafá.

—Le traje unas piedras preciosas, ya deben haberselas dado.

—Lo hicieron, son muy bellas no puedo esperar para utilizarlas.

—Eso me alegra.

—Le dije a Rustem que se prepare, después de la plegaria del viernes iremos a cazar, iremos todos a caballo junto con tus hermanos, dispararemos unas cuantas flechas ¿Que te parece?

Osman | "el sultán"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora