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Hoy era el gran día. 

Por fin hoy, después de cuatro largos años, estaba a punto de presenciar uno de los eventos que más había estado esperando durante mucho tiempo. Hoy recibiría mis papeles porque me estaba graduando de la carrera universitaria. Todo esto me había costado lágrimas, horas de sueño, mala alimentación, estrés, ira, desesperación y mucha preocupación, pero también me llevaba mucho aprendizaje y cosas buenas, no todo era tan malo como sonaba. 

Mis padres y Mikey ya habían llegado a New Jersey para estar presentes en la ceremonia, pero ellos se encontraban hospedados en un hotel cerca del campus. En cambio yo, en este momento me estaba terminando de arreglarme en el espejo del baño mientras me cepillaba con rapidez ya que se me había hecho tarde; no había escuchado la alarma y me había quedado dormido una hora más hasta que noté más luz de lo usual en la habitación. 

Frank no me había despertado porque ayer discutimos y a pesar de que habían juntado varias entregas de documentos en una ceremonia, cada uno iba por aparte.

Había sido una discusión bastante tonta, ya ni quería recordar cómo habíamos empezado, pero se me había hecho una estupidez que siendo un evento tan importante para ambos no se había tomado la molestia de hablarme o decirme al menos que ya se iba; quizás era mi culpa, lo había mandado al demonio encerrándome en la habitación/cochera y tal vez creyó que me iría por aparte porque no lo quería ver, pero en su lugar yo sí lo habría esperado en la sala. 

Me terminé de arreglar el traje de color azul océano, la camisa blanca por debajo y traté de anudar una corbata roja que era de Frank a pesar de que yo no sabía cómo hacerlo. Estaba muy nervioso, no sabía si debía tomar el autobús o debería llamar a un taxi para no perder más el tiempo. Donna apareció en la pantalla como una señal de que ya debía irme de la casa, así que buscando un coche respondí disculpándome. 

Podemos ir por ti, si gustas. 

—No, sería doble gasto y pueden perderse. No se preocupen nos vemos allá. 

Intercambiamos otras palabras y traté de tranquilizarme en el camino. Si llegaba tarde de todas formas no importaba porque mi carrera, mi generación en específico, sería la última en recibir sus papeles. Así que tomé aire contando hasta treinta, el conductor me hizo un poco de platica y dejé de sentir que las manos me estaban sudando. No sabía si era mi imaginación o si el traje sí me comenzaba a apretar, pero me dije que los nervios no me traicionarían. 

Al llegar al auditorio vi que casi nadie estaba afuera, sólo algunos familiares que iban entrando con ramos de flores, globos o cosas que eran un índice de felicitación. Entonces cuando me planté en la puerta, un hombre con un tipo esmoquin me pidió mi invitación. 

Mi maldita invitación. 

—Pero yo me voy a graduar, mis familiares están dentro. 

—No podemos dejar entrar a cualquiera, son políticas de la universidad.  

Maldije muchas veces dentro de mí y le di la espalda para que no me viera apretar los dientes enojado. Era estúpido que aún cuando estaba con el código de vestimenta que me habían pedido (porque muchos tenían el mismo color y todo del traje) se rehusó en dejarme pasar. No había creído que esa de la invitación sería tan necesario, les había dado sus pases a mi familia y con eso era más que suficiente; ahora ya no podía regresar a casa sólo por un maldito papel. 

La opción más rápida que se me ocurrió fue marcarle a Frank por teléfono, para que me ayudara con todo este problema. 

Dime

—Frank, por favor busca a uno de mis profesores y tráelo a la entrada, no me dejan pasar. 

¿Por qué? —preguntó con un tono distinto al que había utilizado cuando me respondió. Menos agresivo. 

You're pretty now |Frerard| YUT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora