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Dazai entrega su última hoja de papeleo y mira a Kunikida.

—Ya terminé ¿Puedo irme?—

—Depende ¿A dónde?— Responde el rubio, honestamente jamás creyó que arriesgarse a electrocutar a un ejecutivo de la mafia le traería tan buenas consecuencias.

También ¿Qué hizo Chuuya para que Dazai estuviera tan asustado? Literalmente solo fue amable de una forma pasivo-agresiva.

—¿Para qué quieres saber eso Kunikida-kun?—

—Quiere saber si vas a ver a Chuuya, si es así, va a armar una excusa de mierda para acompañarte y verlo, por alguna razón — Se mete Ranpo.

Mientras Kunikida niega tal afirmación, Dazai solo mira a Ranpo.

—¿No sabes la razón, pero si deducibles lo demás? Si se cuenta chisme, se cuenta completo—

—Es que él tampoco sabe la razón, no es divertido decirlo, sí, él está tan confundido como Atsushi en este momento— Ranpo se encoge de hombros —Pusimos cuadrados con cinta en el suelo y él no puede dejar de sentarse en ellos—

Dazai mira a Atsushi, está sentado en el suelo y dentro de un cuadrado de cinta, el pobre luce exageradamente confundido.

—Dazai-san, ayuda, no he podido sentarme en mi silla en toda la mañana— Murmura Atsushi.

—Wow, de lo que uno se pierde cuando realmente trabaja— Murmura Dazai.

Kunikida está algo aliviado de que el tema se haya desviado.

—Sí, fue realmente divertido— Se ríe Ranpo.

—¿Por qué Kunikida-kun no los detuvo?—

—Yosano-sensei lo amenazo, ni siquiera yo me atrevo a deducir que le dijo, el pobre parecía haber visto lo que más le asusta—

Dazai mira a la doctora y está solo se encoje de hombros, luego mira a Kunikida y este solo desvía la mirada.

—Me encanta este lugar, no soy quien da más miedo aquí— Dice Dazai.

—En la mafia, tampoco, da más miedo Kouyou-san— Dice Kunikida.

—Eso lo dices porque tú conoces mi lado divertido y semi reformado— Dazai se encoge de hombros —Si me conocieras como Chuuya me conoce, te darías cuenta de que doy más miedo—

—Ya, entonces ¿Por qué Nakahara no te tiene miedo a ti, pero si a Kouyou-san?— Discute Kunikida.

—Porque es su figura materna Kunikida-kun, es obvio — Dazai se encoge de hombros —Ella no da miedo—

—¿Quién no da miedo Dazai?— Le dice una voz femenina a sus espaldas.

Ozaki-Kouyou-esta-atras-de-él.

Dios lo ha abandonado.

—¡Yosano-sensei! ¡Ella no da tanto miedo!— Responde antes de girarse a verla —¿Qué hace aquí mi elegante y estimada Kouyou-san? ¿Le he dicho que ese color de labial hace ver sus ojos como dos hermosas lunas de sangre?—

Kouyou mira al castaño de pies a la cabeza, juzgándolo.

—Qué raro eres, como sea— Kouyou se encoge de hombros —Dazai ¿Sabes donde mierda esta Chuuya?—

—No—

Kouyou suspira, da un paso hacia Dazai y antes de que el castaño pueda reaccionar, Kouyou lo está levantando del cuello, ahorcándolo.

Dazai olvida muy a menudo que Kouyou tiene brazos muy fuertes.

—Tú siempre sabes donde está Chuuya, entonces, ¿Dónde está? Su apartamento está vacío y no responde su teléfono—

Dazai mira como sus pies no tocan el suelo, luego a sus compañeros de trabajo.

—¿No me van a ayudar?— Pregunta.

—No— Dice Kunikida.

—No— Yosano.

—No gracias, estoy comiendo — Ranpo.

—Nah— Kyouka.

—Perdon Dazai-san, estoy en el cuadrado de cinta — Atsushi.

—El horóscopo decía que hoy géminis pasaría por desgracia ¿Quién soy yo para ir en contra del universo?— Naomi.

Dazai parece realmente ofendido.

—¡No sé donde está Chuuya! Pero Yosano -sensei si—

Entonces Kouyou lo suelta y Dazai cae al suelo como si fuera peso muerto. Sabe que seguramente es sugestión, pero ¿Por qué sentía como si su mano le quemara al contacto?.

Kouyou da mucho miedo.

Yosano mira a Kouyou acercarse y no mentira al decir que está interesada en que Kouyou la ahorque.

—¿Lo sabes?—

—No, no realmente —

Kouyou asiente, lleva una de sus manos a la mejilla de Yosano y se inclina para quedar cerca del rostro de la doctora, la mira con profunda angustia.

—Por favor, estoy realmente preocupada por él, ¿No podrías decirme lo que sabes? Realmente te estaría agradecida, cariño—

Y entonces Yosano le contó a Kouyou hasta lo que soñó la noche pasada.

Cuando la ejecutiva se fue, Yosano se sentó en el cuadrado de cinta de Atsushi a lamentarse.

—Soy débil...—

Dazai le da palmaditas en la cabeza.

—Cualquiera en tu lugar hubiera hecho lo mismo, no te culpes — la consuela.

Atsushi mira su silla y alegremente va hacia ella, pero luego ve otro cuadro de cinta y desde el fondo de su ser salen unas incontrolables ganas de sentarse ahí.

Intenta resistirse, pero al final sucumbe a sus más bajos instintos.

—Gente, siento el impulso lésbico de casarme e irme a vivir con ella—

Ranpo suspira.

—Ya hablamos de esto Yosano, no puedes casarte luego de la primera cita—

—¿Y tú con qué derecho me dices eso? Te comprometiste en la segunda cita—

—Si, pero no me casé —

—Le voy a decir al presidente —

—¿Si? Bueno, pues yo voy a... Voy a... ¡Voy a llorar! ¿Quieres eso?—

—Ranpo-san, tiene 26, ¿Por qué le asusta decirle a presidente que se va a casar?— Cuestiona Atsushi.

—No me asusta—

—Le aterra decirle por qué cree que el presidente no va a aceptar a Poe—










3² da 9, no 6, imbécil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora