Alex.
Apenas había dormido esa noche. Si dijera que no era por haber estado pensando en Charlie Dalton mentiría. Ese imbécil de ojos marrones no salía de mi cabeza.
Me levanté más temprano de lo habitual y le dejé una nota a Sam en su mesita de noche diciendo que estaría componiendo un rato por ahí.
Me llevé la guitarra y paseé por los terrenos de Welton, por el bosque... Al final, terminé sentada en el escritorio de papá componiendo una canción.Las horas pasaban aunque yo no me diera cuenta. Todos mis sentidos estaban concentrados en tocar la melodía y tararear la letra correcta.
—I got a boyfriend is older than us, he is in a club doing I don't know why —canté bajito para poder oír las notas— , you are so gorgeus and I hate you so much.
Levanté la mirada un segundo y vi como prácticamente toda la clase me miraban asombrados.
—No pares —pidió Charlie apoyado sobre el pupitre mirándome.
—Por favor —dijo Neil.
Busqué nerviosa la mirada de Sam o la de mi padre. Ambos estaban apoyados en la pared mirándome con una sonrisa.
—Lo siento —le dije a papá poniéndome nerviosa—. He perdido la noción del tiempo y... Creo q debería irme, disfrutad de la clase.
Me metí en el despacho de papá y me senté en el escritorio. Menos de un minuto más tarde entró Sam.
—Papá quiere que salgas —dijo cerrando la puerta tras ella—. Y sabes que vas a salir por las buenas o por las malas.
—Ni se te ocurra —le reté.
Momentos más tarde Sam me sacaba del despacho de la oreja, literalmente.
Una vez fuera me soltó.—Casi me la arrancás, pedazo de bruta —protesté susurrando y sobando mi pobre oreja derecha.
Papá se sentó en el escritorio y dió comienzo a la clase.
—Abran el libro por la página 21 de la introducción —indicó—. Señor Perry me hace el favor de leernos esa página.
En el momento en el que Neil comenzó a hablar desconecté del mundo. Escuché no sé qué de medir la poesía o algo parecido.
Miré a Sam, que también estaba en su mundo pensando en sus cosas. Seguí su mirada y di con un pecoso con gafas. Sonreí al ver como Sam lo miraba con una sonrisa boba.
No sé si fue por instinto o por qué, pero mi mirada cambió de Meeks a Charlie, que me estaba mirando con una sonrisa. Jamás admitiré delante de nadie el hecho de que me puso nerviosa el no espérame eso, pero estaba rezando a todos los dioses existentes para no ponerme roja.
De repente la mirada de Sam fue derecha a mi padre y un leve sonrojo brillaba en sus mejillas. Miré a Meeks, que observaba a Sam con una pequeña sonrisa. Oooohh la había pillado mirándolo.—Un excremento —la voz de mi padre me devolvió a la realidad—. Eso me parece el señor J. Evans Pritcher.
>>Hablamos de poesía, no de el concurso de Miss América. Sí me gusta Byron, le doy 42 puntos pero le fallan las piernas.A la clase pareció hacerle gracia las metáforas de mi padre.
Como se nota que lo conocieron hace un par de días... Pobres ilusos, esto acaba de empezar.
—Quiero que todos arranquen esa página —dijo, dejando a todos helados.
Los chicos intercambiaron miradas entre ellos como si les hubiesen pedido que mataran a alguien.
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𝒟𝑒𝒶𝒹 𝒫𝑜𝑒𝓉𝓈 𝒮𝑜𝒸𝒾𝑒𝓉𝓎
FanfictionLas mellizas Sam y Alex Keating entran en Welton gracias a el puesto de profesor de su padre. Allí conocerán a un grupo de muchachos con los que formarán el Club de los poetas muertos. A su lado vivirán momentos que les cambiarán la vida y, además...