♡ Heart Attack¡! - DDLC ♡

♡ 5 ♡

-Me gustas, Yuri, quiero ser tu novia.

Se escuchó de parte de una voz dulce, proveniente de aquella joven de baja estatura.

-... ¡Tu también!

El fondo era blanco, al igual que todo su alrededor. Unos brazos largos la tomaron de los brazos. Y luego de eso, un beso se armó. Era una de aquellas hermosas cosas por las cuales quería pasar. Cerró sus ojos, demostrando de aquel...

... ¿Sabor?

No sentía nada. Había algo raro en aquella situación. La solución fue abrir los ojos

y despertar.

-.. ¿Eh?

En pocos segundos, notando la oscuridad de aquel cuarto, lo comprendió todo. Todo ese hermoso tiempo el cual había pasado, besando a quien mas amaba, era un maldito sueño. Los labios de Yuri, todo un maldito sueño. Sacó un suspiro pesado, sentándose en su cama. Apoyaba sus rodillas en  su mentón.

-Tercera vez en la semana...

Ya era molesto, soñar todo el tiempo con lo mismo. Desde esa noche bajo las estrellas, no se sentía de la misma manera.

-Desearía que me pudieras sacar de aquí.

Y pensó. Pensó y pensó mas. Quizás hasta se había pasado, pues las lagrimas no tardaron en llegar. Si meditaba demasiado sobre esto, tenía sentido. Su mente producía aquellos escenarios, por que sabía que nunca pasarían. No era lo suficientemente buena para Yuri. No merecía ni su amistad. O al menos, eso era lo que ella pensaba.

A todo momento actuaba como terca. Era molesto tener que usar insultos por su baja confianza. Desearía no ser así. Desearía poder cambiar.

Desearía volver a ser normal.

¿Y si nunca lo habría hecho? ¿Por que era tan frustrante?

Su padre estaría mas molesto, sabiendo la verdad. Por suerte, ahora estaba convencido de estar equivocado.

Supuestamente, un hombre ya había robado su corazón. Un príncipe azul.

Pero no. Quien había sido, era una princesa violeta.

[...]

Un día mas en el almuerzo. Era una situación ya cotidiana ir a las escaleras. Y claro, estaba acompañada por su gran compañera de clase, club y vida.

Estaba sentada en uno de los escalones superiores, usando su teléfono. A su lado, se encontraba aquella joven de iris morada. Tenía un libro de 200 páginas aproximadamente.

-¿Que haces, Kiki?

Cuando escuchaba su voz mencionar aquel apodo, sentía su corazón entrando en la locura. Gritando, desquiciado. Cambió el rumbo de su mirada hacia aquellos ojos que tanto la enamoraban.

-Sayori me pidió que haga cupcakes para mañana... Creo que habrá un nuevo miembro.

-¿Estás segura de que no es que tiene hambre?

Mientras hablaba, la mayor sacaba una pequeña risa. Su sonrisa, era quizás lo mas sagrado de aquellos días. La menor, quedó embobada por aquel sonido que salía entre sus labios.

-Puede que sea eso.

Una pequeña carcajada salió de su boca en aquel momento. Luego, apoyando su teléfono en su bolsillo, mantuvo su sonrisa. Apoyaba su cabeza en el hombro de la chica.

Deseaba quedarse así por un buen rato, recostando su cabeza con sus ojos cerrados. Eran los mejores momentos del día.

Pero no fue así.