V.

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Cuando desperté a la mañana siguiente, no había nadie en la cama junto a mí, pero el sonido de agua cayendo sobre la cerámica de la ducha me hacía saber que no me encontraba solo en la habitación.


Caminé hasta el baño, abrí la puerta y observé como el vapor de agua se desprendía de la bañera y se colaba en mis fosas nasales. Respiré profundo, amaba el calor, por una razón obvia.


— ¿Alex?— pregunté suavemente, no quería asustarla ni provocar que resbalara.


—Buenos días, señor Peters —respondió con calma desde atrás de la cortina de plástico de la ducha, la cual solo me permitía distinguir vagamente su silueta.


— ¿Por qué me vuelves a hablar así? —interrogué enormemente confundido— Creí que después de anoche existiría un poco más de confianza entre nosotros —insinué cuidando mis palabras, tratando de no soltar nada que fuese a molestarla.


—Respecto a eso, quisiera disculparme con usted —rodeé los ojos, me enferma que la gente me trate de "usted", no creo que sea un término que se asemeje a mi imagen o costumbres—. Mi comportamiento ayer fue completamente inadecuado, no debí haberle permitido quedar anoche.


—No es mi intención incomodarte, pero estás aquí para que te folle —dije sin pudor alguno, intentando que comprendiera mi confusión y lo absurdo de su disculpa.


—Créame que estoy clara —sonreí de lado, imaginándola montada sobre mí, tan solo atrapé mi labio inferior entre los dientes—, pero antes de establecer las normas de comportamiento con respecto a mi estadía y el acto sexual debo comportarme de una forma mayoritariamente recatada —aseguró, a la vez que hacía que el agua caliente dejase de desprenderse de la ducha—. Lo de anoche fue una situación que se escapó de mis manos y me disculpo.


— ¿Normas de comportamiento? —pregunté frunciendo el ceño, viendo como su mano aparecía por ente la cortina para alcanzar la toalla blanca que descansaba sobre el lavabo.


—Exacto, eso debió haber sido explicado a usted y a su padre en el prostíbulo, según el protocolo.


—Sí, claro, creo que estaba distraído —llegó a mi cabeza el recuerdo de mí y Zoe haciéndolo detrás de esos arbustos. Demonios. Era tan jodidamente sexy esa chica.


—Si no le molesta, podemos discutir mis normas de comportamiento después de que me vista —sugirió con un tono algo molesto.


—Claro, claro, tranquila —levanté mis manos en señal de inocencia, a pesar de que sabía que ella no podía verme.

Salí del baño de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí, riendo para mis adentros. Al parecer me perdí las "condiciones de uso" por estar teniendo sexo, pero sí que valió la pena. Me reí de mis palabras.


Alex.



"No confíes en nadie, maldita sea, ni siquiera en mí"


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⏰ Última actualización: May 04, 2015 ⏰

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Be Careful |Evan Peters|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora