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Choi entró a la cafetería como acostumbraba a hacerlo

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Choi entró a la cafetería como acostumbraba a hacerlo. Habían pasado un par de días desde que Jin le dijo que hablarían la próxima semana, ya que se iba a ir a Corea de intercambio cuando las clases en la universidad comenzaran.

Yeonjun dejó de ordenar los vasos de poliestireno cuando escuchó la campanita y se asomó, viendo que Soobin le miraba de manera algo seria y cuestionante.

—¿Conoces a Jin?

Choi negó con su cabeza de la manera más normal posible y siguió construyendo aquella torre de vasos. Choi frunció su ceño a la vez que hacía un leve puchero y tomaba la mano de Choi, impidiendo que pusiera otro vaso sobre la torre.

—Dime la verdad.

—Suéltalo—Beomgyu miró de manera amenazante a Choi mientras se posicionaba al lado de Choi.—Anda ya

—Está bien, Beomgyumie, no te preocupes—le sonrió al más bajo y
luego miró a Choi.—Ocuparé la sala de suministros un rato—habló dirigiéndose al de cabellos castaños. —Acompáñame—se dirigió ahora a Bin y se soltó de manera suave para luego caminar hacia la oficina, guiando al de mejillas rellenas.

Cuando llegaron ahí Yeonjun introdujo la llave para poder abrirla y dejó que el menor entrara primero para luego entrar el y dejar las llaves sobre el velador que se encontraba a uno de sus costados. Ambos se sentaron, uno en frente de otro y mientras Choi buscaba con la mirada al mayor, este estaba pensando en qué decirle.

—¿Es el mismo Jin que yo creo? ¿El de Estados Unidos, apellido Kim?

Choi asintió con su cabeza repetidas veces y su mirada se ablandó cuando notó los ojos de Yeonjun temblar un poco. Bien, sabía que el tema parecía ser levemente delicado así que intentaría lo más posible no presionar demasiado.

—Hablé con él y le pregunté por ti, el volverá a Corea la próxima semana para explicarme

—¿Y por qué viniste a mí entonces?— Yeonjun ladeó su cabeza levemente, confundido.

—Porque no sé si él me dirá la verdad—respondió y el mayor rió un poco.

—¿Y qué te asegura que yo te diré la verdad?

—Tus ojos—Choi respondió y toda la diversión que había en el rostro de Yeonjun pareció esfumarse.

Tus ojos.

Yeonjun, concéntrate.

—Bien... Jin, Beomgyu y yo eramos mejores amigos antes. Nos conocimos hace cuatro años y bueno, Jin comenzó a juntarse con sus compañeros con tiempo y nos dejaba a mi y a Beomgyu solos. Eso no nos importaba, cada quién puede juntarse con las personas que quiera—Choi dio un leve asentimiento con su cabeza y Yeonjun supo que deja seguir dando su explicación.—Pero las personas con las que se juntaba no eran buenas personas. Ellos se drogaban, emborrachaban, tenían sexo con la
primera persona que encontraran, bla, bla bla.

Choi bajó en ese momento su mirada intentando pensar en un Jin de quince/dieciséis años haciendo ese tipo de cosas. Vaya, quién lo diría, Kim Seokjin, el chico ejemplar que ahora estaba saliendo adelante en la universidad de New York .

—Supongo que con el tiempo empecé a arruinar las cosas—Choi siguió y relamió sus labios.—Me empezó a gustar Jin y me sentía celoso cada vez que Kim rechazaba acompañarme a mi hogar como todas las veces que lo había hecho antes, cuando nos conocimos, por ir a las fiestas de sus amigos drogadictos.

—Comencé a sentirme ignorado cuando intentaba llamar su atención pero él solo decía 'después, ¿sí?' y luego se iba donde sus amigos drogadictos.—Yeonjun hablaba normal, pero en sus ojos se reflejaban todos los sentimientos que estaban rondando todo su ser en ese instante. Quizá por eso le asustaba mirar a Choi a los ojos, quizá por eso le asustaba mirar a Beomgyu a los ojos, quizá por eso le había asustado en su momento ver a Jin a los ojos.

—Y él, bueno. Hace tres años se fue, el día anterior fuí a buscarlo a una de sus fiestas y le dije que me gustaba. Le pregunté si prefería a sus amigos drogadictos o a mí y bueno, la respuesta es obvia.

—¿A ti?

—A ellos, Choi. Dije que la respuesta era obvia, no digna de un final de un cuento de hadas.

Soobin sintió feo en su corazoncito de ardilla. Así solía decirle a Kang, que sentía feo cada vez que algo triste pasaba en su vida, pero esta vez sentía feo por lo que había pasado en la vida de Yeonjun. No aguantó más y se acercó a Choi para tirarse a sus brazos y abrazarlo con fuerza, importandole poco que hubiera una cámara grabando el cuarto y que esa escena se viera en doble sentido al Choi estar sobre el regazo de Choi abrazando su cuerpo con fuerza.

Yeonjun sintió su corazón acelerarse, ¿por qué todo tenía que ser tan
extraño?

—Hyung...—su voz parecía estar a punto de quebrarse.

—Estás bien—Yeonjun sonrió de manera suave, acariciando los cabellos de Choi para que no comenzara a llorar.

—Usted debería estar bien—atacó Choi, haciendo un puchero en sus rosados labios.

Choi cerró sus ojos momentáneamente, negando la salida a las lágrimas que estaban amenazando en salir.

Porque los dos estaban bien.

Todo estaba bien.

Todo estaba bien

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ç'est bien ll Yeonbin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora