deep wed › j.jungkook #1 (terminado)

chapter 19.

❝ Entiéndelo de una maldita vez, Yuna. Eunjin es mía, esa chiquilla ha sido mía desde que la ví en la putrefacta red oscura. ❞

D E E P  W E B.
...

—¿Estás más calmada, Eunjinie?—Le cuestionó Yuna caminando por el oscuro bosque ahora ya de noche, tenía tomada la mano de Eunjin dándole alguna que otra caricia con sus nudillos.

—Uh, lo estoy...—Susurró apenas audible para la estudiante falsa, ésta asintió sin decir nada más y siguió caminando con ella. Tiempo atrás Eunjin hubiera gritado por todos lados ante esa simple acción por parte de su crush pero ahora era totalmente diferente, se sentía débil y carente de emoción.

Desde atrás, Jeongguk y Abraham las seguían. El primero se mostraba demasiado molesto, casi al furioso por el hecho de que las manos de Yuna estuvieran tocando las de Eunjin. Se aseguraría de cortarle las manos a Yuna después, claro que sí. Si hasta ahora no había objetado nada era porque sabía que la pelirroja tendría una crisis y no estaba dispuesto a verla en ese estado tan..devastador. Era estúpido pero Jeongguk no podía evitar sentirse extraño con las crisis de la chiquilla, casi preocupado.

—¿Ya casi llegamos?—Le preguntó Abraham a Gguk con fastidio, sus pies dolían y el rostro malhumorado del mercenario también lo hacía ponerse de la misma manera.

—Cierra la jodida boca.

El azabache siguió manteniendo su fija mirada en la pareja que se tomaban las manos, le ardía como el infierno el hecho de que Yuna incluso en el estado más tormentoso de Eunjin lograra hacerla sonreír. Muy apenas pero lo hizo. Jeongguk no compartía sus cosas y el hecho de que supiera que Yuna estaba enamorada de la pelirroja empeoraba absolutamente todo.

—Hemos llegado. —Informó Gguk metiéndose al auto en el que anteriormente los tres habían llegado a busan, ésta vez el mercenario iba en el volante. —¿Qué? ¿Se te quedó la mano pegada con ella? No te preocupes, yo con mucho gusto la corto.

Yuna se tensó negándose a soltar la mano de la pelirroja, Eunjin sólo observaba el perfil gélido de Jeongguk. Se mostraba tranquilo pero de su boca salían palabras molestas cada vez que hablaba.

—Eunjin, ven acá.

El azabache palmeó el asiento del copiloto indicando que tomara asiento, Abraham no perdió tiempo y se metió de inmediato en los asientos de atrás ignorando la conversación.

—No quiere sentarse contigo, Jeongguk. —Le dijo la falsa estudiante aferrándose aún más a la mano de la pelirroja.

—Cierra la puta boca. —Se apresuró a decir Gguk cabreado, el volante era apretado por él. No era buena señal, en cualquier momento tendría un ataque de ira en el cual todos saldrían perjudicados. —Quiero que me lo diga ella.

Eunjin soltó la mano de Yuna cuando notó la mirada gélida del hombre tatuado.

—¿No quieres sentarte conmigo, Eunjin?—Cuestionó mirándolo por el retrovisor, sus ojos estaban fijos en ella y se sentía desnuda ante el nerviosismo.

—Sí..quiero, Gguk. —La pelirroja balbuceó torpemente saliendo de los asientos de atrás, Yuna apretó sus dientes furiosa. Jeongguk sonrió de una manera tan malditamente burlona, sabía que se había salido con la suya.

Tomó la mano de Eunjin mientras que con la otra conducía y sin más el mercenario emprendió marcha de vuelta a Seúl, de vuelta al principal lugar donde comenzó todo.

D E E P W E B.
...

—Diablos, qué asco. Maldito Kim Seokjin y su intolerancia a mi comida. —Se quejó Park agotado dejándose caer en el sofá, por fin estaba todo limpio en el sótano después de que al estudiante se le ocurriera la idea de vomitar su maravillosa comida y claro que después de que también lograra darle un puñetazo para que calmara su crisis de esquizofrénico loco. —¡Oh, he maldecido en todo el día! Padre estaría enojado conmigo si estuviera aquí, soy un maleducado.