chapter 30.

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❝ Conozco a Jeongguk mejor que cualquiera. ❞

D E E P  W E B

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D E E P  W E B.
...

—¿Por qué caminamos tanto? Hace media hora que estamos caminando, me duelen los pies. —Pregunta Seokjin con fastidio, Abraham lo obliga a caminar mientras le apunta en todo momento con el arma en la espalda. —Si vas a matarme entonces házlo ya, no me gustan los rodeos.

—Yo...no voy a matarte, no puedo hacerlo de ninguna manera.

El estudiante suelta una risa mirándolo con diversión ante sus palabras, ambos seguían caminando con cautela.

—¿Y entonces? Jeongguk te matará si no me matas a mí, ¿Lo sabes, verdad? Es como una ruleta rusa.

—Yo te dejaré ir ahora pero vete muy lejos, por favor. Lo más que puedas. —Le súplica Abraham guardando la arma en su pantalón de vuelta, Seokjin se gira notando la preocupación en sus ojos y entonces se da cuenta de que el chico era parecido a Eunjin. Era inocente o al menos conservaba algo de su inocencia, algo que lo hacía ser muy diferente.

—¿Por qué estás de parte de alguien como Jeongguk?  Tú pareces ser un chico bueno, no me explico porque estás relacionado en cosas tan ilegales.

—Aunque no me creas, Eunjinie y Jeongguk son lo más cercano que podré tener de una familia y siempre estaré dispuesto a protegerlos a los dos sin importar nada. No importa lo ilegal que pueda ser mientras tenga a alguien que pueda cuidar, un propósito que me haga sentir vivo.

Seokjin asiente mirándolo por unos cuantos segundos antes de desaparecer de la vista del rubio rápidamente, Abraham suspira aliviado al no tener que matar a nadie pero un montón de dudas invadieron su mente. ¿La policía lo estaba buscando también? ¿Jimin lo estaría buscando? Sólo deseaba que Seokjin tuviera suerte en no encontrarse al caníbal, sólo demasiada suerte.

Los primeros rayos de la luz solar caen como destellos en el rostro de Eunjin, se remueve incómoda ante la luz solar que comenzaba a molestarle, abre sus párpados y talla sus ojitos en espera de quitar el rastro de sueño

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Los primeros rayos de la luz solar caen como destellos en el rostro de Eunjin, se remueve incómoda ante la luz solar que comenzaba a molestarle, abre sus párpados y talla sus ojitos en espera de quitar el rastro de sueño. Cuando finalmente está más consciente intenta levantarse de la cama pero unos fuertes brazos se lo impiden de inmediato, el aroma varonil de Jeongguk inunda sus fosas nasales como alguna fragancia primaveral. Intenta nuevamente quitar a toda costa quitar las manos de su cintura, ahoga un pequeño gritito cuando nota que ambos estaban totalmente desnudos. Avergonzada por lo que había ocurrido la noche anterior sigue intentando quitar las manos de su cuerpo, después de unos cuatro intentos más finalmente lo logra y con lentitud se coloca la camiseta de Jeongguk ya que cubría casi todo su cuerpo. Se coloca la ropa interior finalizando y justo cuando estaba a punto de salir de la gran cama una gruesa voz se hizo presente haciéndole detenerse en seco.

—¿A dónde vas?

Eunjin se sonroja evitando su mirada, se supone que no debería ni dirigirle la palabra siquiera.

—Yo...voy al baño. —Responde dándole la espalda aunque estaba segura de que el mercenario probablemente está mirándola atentamente.

—No vayas.

—¿Por qué? ¿También vas a prohibirme ir al baño?

—Mhm, sí. —Le dice arrastrándolo de vuelta a la cama, Jeongguk esconde su rostro en el cuello de Eunjin aspirando su olor a bebé.

—Suéltame, necesito ir al baño. —Pide moviéndose insistentemente para safarse del agarre del contrario.

—Primero dame los buenos días, sé respetuoso, muñequita.

—Buenos días, hyungie. ¿Me dejas ir al baño ahora?

La adolescente pelirroja batea sus pestañas de manera coqueta, sus manos rodean el cuello pálido de Jeongguk para brindarle un pequeño beso de piquito en los labios.

—Mierda, ve rápido antes de que vuelva a follarte ahora. —El azabache lo suelta dejando que hiciera sus necesidades, Eunjin en cuanto puede, corre al baño cerrando la puerta detrás de ella.

Puede suspirar de alivio cuando finalmente tiene un espacio de privacidad, el estar con Jeongguk sólo confunde más sus sentimientos y ella no quería ser la primera en salir herida de aquél juego entre ambos.

—¿Pero qué...?—Eunjin abre su boca sorprendida sin dejar de mirar los grandes chupetones que tiene alrededor de las clavículas, incluso tiene leves mordidas adornadas en el mentón y ni hablar de sus muslos.

Jeongguk era un animal, uno muy bruto.

—¿Te gustan? Atrévete a preguntarme por Seokjin de nuevo.

—¡Eres un bruto, Jeongguk!

—Ayer no te quejabas en lo absoluto, no me vengas con esas mierdas, muñequita.

Eunjin casi se ahoga cuando nota la desnudez del azabache y más aún cuando siente cerca aquél gran miembro entre sus glúteos restregandose descaradamente.

—N-No.

—Me vuelves loco, joder. —Declara ronco el mayor comenzando con una serie de besos húmedos por su cuello.

—Eso...no decías ayer, ¿Puedes recordarme que dijiste sobre mi cuerpo?—Contraataca de manera sorna la pelirroja y suelta un jadeo intencional, Jeongguk le muerde con fuerza al escucharla.

—Cállate, Eunjin. No me harás decir jodidas cursilerías si eso es lo que estás buscando.

La adolescente se gira dándole la cara, como de costumbre le rodea el cuello con sus manos y le mira a los ojos de una manera que volvería loco a cualquiera. Jeongguk no era la excepción.

—Yo no soy el que te hará decirlas, Ggukie. Tú mismo vas a hacerlo.

Esto era un juego de quien llevaba al otro primero a la perdición, Eunjin llevaba todas las de ganar sólo que su propia cordura se iba a la par en la que jugaba.

Y tal vez ese era un punto para Jeongguk.

Y tal vez ese era un punto para Jeongguk

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—¿Hoseok? ¿Para qué me has llamado?

—Quiero que me diga todo, oficial Jisoo. Todo lo que sepa, estoy dispuesto a ayudarle.

—¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?—Le cuestiona la uniformada mirándole con seriedad aunque por dentro estaba irradiando felicidad de que alguien pudiera colaborar con ella, de que alguien le creyera.

—Eunjin. Élla es la razón principal por la cual le ayudaré, yo realmente...necesito que vuelva a casa. La necesito.

Jisoo asiente entendiendo las razones que tenía, la desesperación que podía percibir perfectamente en él.

—Sé que vamos a encontrarla pronto y con tu ayuda es aún mucho mejor.

—¿Cómo está tan segura? ¿Por qué tanto interés en hundir a ese tipo?

—Porque conozco a Jeongguk mejor que cualquiera. —Declara con una sonrisa amarga entre sus labios, Hoseok le vuelve a mirar sin entender nada. —Sé todo sobre él, sé cómo detenerlo y hundirlo en la cárcel.

—¿Y cómo piensa detenerlo?

—Con tu ayuda y con la de la misma Eunjin, ella será su debilidad. Eunjin es quien hará a Jeongguk retorcerse ante mí, los encontraré a ambos.

deep wed › j.jungkook #1 (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora