Capítulo 5

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Lisa POV:

Pasar 5 años encerrada en una cárcel en los Estados Unidos era aceptable pero ser deportada a Tailandia, no. No podía aceptarlo.

Recordé a mi madre, ella dio todo por mí y yo lo malogre. Las lágrimas calientes salían sin pudor y me sentía enojada conmigo misma, con la vida y con la familia Park.

–Manoban Lisa –llamó un oficial– tienes suerte, te vas a tu país –dijo con burla y desprecio, no contesté– vete de mi país, escoria.

Había ajustado demasiado mis esposas, me dolía pero no dije nada. Su mirada era de odio y no tenía ganas de discutir, solo quería llorar hasta quedarme dormida y despertar con mi madre viva. Solo quería volver en el tiempo.

En el cuarto de espera, intenté pedir que me dejarán hacer una llamada. Quería hablar con el abogado e intentar no tirar todo el esfuerzo de mi madre, traté de hablar con los oficiales pero ninguno me hizo caso.

–Perdoname mamá -susurré rendida– perdón.

Lo último que sentí fue un empujón dentro del avión.

*

No sé cuánto duró el vuelo pero no me importó. Ya estaba humillada y avergonzada lo suficiente, mi llanto era silencioso pero siempre atraía miradas curiosas de otros reos. Íbamos en una camioneta de la policía, pronto estaría tras las rejas y no podía hacer nada.

Fijé mi vista en el anillo que tenía en mi dedo anular, no podía perderlo también y sabía que me lo quitarían al llegar a la prisión. Lo saqué con cuidado y lo escondí en unos de los bolsillos de mi pantalón, con suerte lo haría pasar.

–¡Detén el camión! –escuché a alguien gritar en tailandes– Bajaremos a las especiales y luego seguirás tu camino –volví a escuchar, esta vez más lejos–

Vi como algunas chicas entraron en pánico, se levantaron y tenían una cara de miedo.

–Tú –señaló a una chica– baja.

Hizo lo mismo con tres más, incluida una de las chicas miedosas y luego yo. No entendía nada pero hice lo que me pidieron. Al bajar pude ver cómo unos hombres sostenían a las chicas de forma violenta, les daban besos a la fuerza y decían cosas vulgares.

Estábamos en medio de la nada, no había ninguna prisión cerca y las chicas lloraban desconsoladas.

–Hola preciosa –dijo un hombre agarrándome por detrás y sobando su miembro– bienvenida a Tailandia.

Esto era peor que la cárcel.

Rosé POV:

Lo último que quería era hacer una tarea sobre investigar la jerarquía del derecho, estaba cansada y quería ver Alice. Siempre que podía iba pero al parecer hoy sería imposible.

–¡Park! –llamó una voz familiar– ¡Rosé!

Cuando pude visualizar a la persona que me llamaba me encontré con una Jisoo enojada caminando hacia mi y luego de eso un empujón.

–¿Qué te sucede? –pregunté enojada, había hecho caer mis apuntes– ¿Qué diablos te pasa?

–¿Dónde está? –preguntó enojada– ¡¿Dónde está?!

–¿De qué hablas? –pregunté confundida– ¿Acaso has bebido?

Antes de poder replicar más, sentí como una cachetada impactó en mi mejilla. Llevé mi mano a la zona afectada y miré sorprendida a mi atacante. Kim Jisoo estaba enojada pero sus lágrimas rebosaban, por un momento me compadecí de su dolor.

–¡Jisoo! –apareció Jennie y se puso delante de mí, dándome la espalda– No vale la pena, vámonos por favor. Podemos hablar con la policía y pedir que nos digan su ubicación, hablaré con Rogers. –habló rápido y triste, quería captar la atención de Jisoo– Vámonos por favor.

–Estoy segura que fue ella o alguien de su familia –volvió a hablar Jisoo con enojo– ¡Dime dónde está!

Entonces todo cobró sentido. La única razón para tener a Jisoo en ese estado era por Lisa. Algo había pasado con ella y me estaba echando la culpa.

–¿Esto es por Lisa? –pregunté confundida–

Escuché como un bufido salió de los labios de Jisoo, Jennie dijo cosas que no logré escuchar y luego logró llevársela de ahí pero la mirada que me dedico era de temer.

*

Al llegar a casa fui directo a la oficina de mi padre, toqué dos veces y entré. Él me recibió con una sonrisa y me invitó a sentarme. No sabía cómo preguntarle.

–Papá... –llamé débilmente–

–Te escucho hija –contestó sin mirarme, al parecer debía firmarlo algo–

–¿Dónde está Lisa?

El movimiento del lapicero se detuvo al formular la pregunta, parecía que todo se había congelado por unos segundos hasta que dejó todo en el escritorio. Su mirada era inquisitiva, había una pregunta implícita y respondí avergonzada.

–Sabes que solo debes comunicarte con mi oficial en casos de emergencia –respondió ofuscado– ¿Por qué quieres saber de esa?

–El oficial me dijo que ya no estaba bajo la ley de Estado Unidos –respondí avergonzada– Y Jisoo fue a mi universidad.

–Deberías aceptar a los guardaespaldas Rosé –dijo mi padre con énfasis– es por tu seguridad.

–¿La deportaron? –pregunte directamente– ¿Regreso a Tailandia?

–No tiene residencia americana, no podía quedarse –respondió parándose– además su país pidió a sus presos para procesarlos en su país.

Mi padre hizo más preguntas pero no respondí, solo agradecí y salí de ahí. Estaba enojada conmigo misma, la idea de que ella se haya ido a otro país me dolía. No debía tener sentimientos hacia la persona que arruinó mi vida pero la sensación de soledad se instauró en mi pecho. 

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Pido perdón por desaparecer. Empecé a trabajar hace un mes y he estado en eso, ahora he vuelto a estudiar de nuevo. Esto será díficil pero no imposible.

PD: He publicado una nueva obra, es una adaptación. Espero le den mucho amor, es una obra importante para mí y quise sacar una versión Chaelisa. Recuerden que votar y comentar siempre ayuda a las escritoras (es).

<3

El Error Que Nos Separó | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora