Capítulo 6

99 13 2
                                    

Lisa POV:

El cuerpo me dolía después de la paliza que me dieron los matones. Tenía los ojos vendados pero seguía alerta por si alguien intentaba tocarme de nuevo, aquella sensación había sido asquerosa. Reprimí un quejido de dolor cuando sentí el auto detenerse bruscamente.

–¡Más te vale que esa perra sea suavizada! –gritó el tipo en tailandes– No voy a tolerar que me vuelva a golpear.

Escuché pasos y voces que no distinguía por lo bajo que hablaban, sentí como me jalaban e intenté retroceder pero otro golpe en el costado fue la señal de que no iba a lograr nada. Me resigné.

Después de unos minutos caminando en silencio, donde solo se escuchaba los llantos de las otras chicas, me tiraron al suelo. Cuando me quitaron la venda, solo pude ver a un hombre con joyas y un cigarrillo en la boca.

–¿Nos tocó una difícil? –habló en tailandes–

–Tuvimos que darle una paliza para que se calmara –habló uno de los matones– sería buen conejillo de indias.

–A pesar de los golpes, tiene buena cara –respondió él mirándome de arriba a abajo– servirá de carne.

Me daba asco como se refería a mí, intenté hacer bulla pero con la boca amordazada era difícil. Aquella cosa dolía pero seguía gritando.

El hombre del cigarro hizo un movimiento con la mano y sentí mi boca libre de nuevo.

–Eres un hombre repugnante –dije molesta y tratando de levantarme pero me detuvieron– solo eres valiente porqué tienes a todos tus matones contigo.

–¡Tenemos una guerrera! –grito feliz– además de que habla nuestro idioma muy bien, ¿es nativa?

–Que te importa... –un nuevo golpe en la cara me hizo callar–

Por un momento solo escuché el llanto de las demás chicas.

Poco a poco recuperé la audición mientras que el hombre tiró su cigarro al suelo y lo apago con el pie. Camino hacia mí, tomándome del mentón. Su agarre brusco me hacía doler.

–Vamos a suavizarte –dijo con una sonrisa– espero te gusten las inyecciones.

*

Aquel día fue el mismo infierno.

Me sentía adolorida y sucia, lloraba de rabia pero a la vez de tristeza. No sabía cómo descargar todo lo que sentía, solo sé que mis lágrimas se sentían como caminos que quemaban. Estaba consciente pero no podía moverme, era como estar en una parálisis del sueño, veía a mi alrededor, podía escuchar pero mi cuerpo no respondía mis órdenes. Nadie me escuchaba y yo solo podía llorar.

Lloraba porque la vida estaba siendo una mierda conmigo.

Rosé POV:

El día estaba terminando bien, había ganado un caso importante frente al bufete rival y mi padre se sentía orgulloso. Sonreí de manera genuina después de mucho tiempo. Fuimos al despacho a celebrar y mi padre había sacado un vino de su colección por este momento, me sentía mejor.

–¡Por la abogada Park! –gritó uno de los pasantes–

–¡Hurra! -continuaron todos–

El sonido de mi auto cortó toda la celebración, era mi alarma. Me disculpé con todos y salí con la llave en mano, al hacerlo me detuve.

Mi auto estaba pintado con la palabra "Asesina" en el costado, el vidrio delantero estaba hecho añicos y había algo dentro. Me acerqué con cuidado, viendo a todos lados pero no había nadie cerca.

"Asesinaste a una mujer inocente"

eran fotos.

Fotos de Lisa.

Quedé pasmada de la confusión, mi primera reacción fue llorar. No me di cuenta que mi padre había llegado a mi lado hasta que habló preguntando que pasaba, yo no pude responder.

–¿Fotos de Manoban? –dijo viendo las fotografías– ¿Qué significa esto?

Seguía sin responder. Mi mente no procesaba aquello, ¿asesina?

–Rosé tranquila, llamaré y preguntaré qué sucede –volvió hablar con voz suave pero notaba su preocupación–

No me moví, mi mente seguía en cada fotografía. Recordando los momentos con ella, no debería pero mi mente pasaba cada una como una película. Mis lágrimas solo seguían cayendo.

–¡¿Qué estás diciendo?! –gritó mi padre, reaccioné– ¡¿Cómo que se chocó?!

–¿Qué has dicho? –pregunté con la voz rota–

Mi padre me vio asustado y colgó, me acerqué a él y pedí con la mirada que dijera lo que sabía. Lo había escuchado, no serviría de nada negarlo. Él solo suspiro, pesado y culposo. No me gustaba.

–El carro que transportaba a Manoban... –se detuvo y volvió a suspirar– se chocó y al parecer no sobrevivió. Rosé, quizás no han buscado bien...

–¿Ella está muerta? –pregunté sin mirarlo–

–No han encontrado su...

Lo corté.

Solté su saco, mis manos se sentían pesadas ahora y la carga en mis hombros aún más. Me acerque al auto y volví a leerlo, mis lágrimas seguían saliendo pero las limpie para poder observar las fotografías que aún quedaban dentro, ¿se había ido para siempre? ¿Lisa se fue de mi vida?. Una foto captó mi atención, fue el día donde por fin vencí mi timidez y pude hablarle.

–No debías irte así... –susurré con lágrimas de nuevo– solo debías quedarte aquí...

Era cruel pensar que la quería encerrada en mi país, pero ahora eso no importaba. Ella se había ido. Me había dejado.

–Rosé... –llamó mi padre–

–Fue un error extraditarla. 

------------------------------------------------------------------------------------

¡Perdón por desaparecer! No he tenido vida últimamente :( pero aquí esta un nuevo capítulo. 

Trataré de organizarme para poder actualizar semanalmente. 

¿Opiniones? 

El Error Que Nos Separó | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora