Volver a vernos《Maylor》2DA TEMPORADA

III

Diez años antes...

El ruloso echaba carbón al motor del barco junto con otros quince trabajadores mas, los cuales, trabajaban duro al igual que Brian, haciendo los mismos movimientos repetitivos durante toda su jornada.

Al anochecer, les permitieron descansar mientras que otros quince trabajadores ocupaban el turno nocturno.
Brian estaba en su hamaca, en vez de dormir se encontraba leyendo uno de sus libros de astronomía, teniendo como unica fuente de luz la Luna, que se filtraba por una pequela ventanita a su lado, mientras leía fue interrumpido por uno de los trabajadores.

—¿Que lees, niño?

Saltó del susto, pensó que era el unico despierto del barco.

—Eeh.., estoy leyendo algo de Astronomía —contestó con un poco de temor.

—Mm, ¿Por que lo lees?

—Porque me gusta, es bastante interesante.

—Eso es bueno, ¿Tenías planes para tu futuro antes de estar aca?

—Bastantes —se puso algo triste, sabiendo que no volvería a ver a Roger por quien sabe cuanto tiempo.

—Muy a lo mejor si puedas cumplir tus planes al salir de aquí, estarás un tiempo en este barco, pero al tener tu paga suficiente podrás salir y hacer tu vida como la planeabas —lo animó, mirando al chico.

—Muchas gracias, ¿Cual es tu nombre?

—Yo soy Joshua, ¿Y tu como te llamas, niño?

—Brian May, un gusto Joshua.

Continuaron hablando, hasta que uno de sus compañeros se enojó y los mandó a dormir.

...

Cuatro años estuvieron trabajando.

Ganaban una buena paga por mes, pero decidieron quedarse bastante tiempo para poder ahorrar bien y asegurarse la vida.
Bajaron de aquel gran barco, sintiendo la luz del sol chocar contra sus caras y cabezas, pero estaban alegres de por fin terminar su labor.

—Extrañaba el exterior —inhaló profundamente el mas pequeño, que ahora contaba con veinte años, suspirando al final.

(Recordad que cuando Brian se fue tenía dieciseis, y dieciseis mas cuatro son veinte)

—Yo igual, Brian —repitió el acto del contrario.

—¿En donde estamos, Josh? Ya quiero ver a Roger —acomodó su gorra, estaba dispuesto a caminar a la casa de Roger, pues pensaba que estaba en Londres.

—Estamos en... —buscó algún cartel con su mirada que indicara en donde estaban —¿España?

—¿España?

—España.

—España.

—¿España?

—España.

—¡España!

—¡¿ESPAÑA!? ¡JURABA QUE ESTABAMOS EN LONDRES!

—¡YO IGUAL!...Espera, ¡Mi madre vive en España!, ¿Me acompañas a visitarla? Llevo muchos años sin verla —dijo Josh, mirando al contrario con algo de emoción.

—Claro, ¡Vamos!

...

—¡Entré a la Universidad!

Exclamó con emoción el ruloso.

...

—¡Hola! ¿Deseas venir a la junta de vecinos este martes? —preguntaba una bella chica a Brian.

—Oh, perdoneme pero no, no deseo ir —respondió con honestidad.

—No se preocupe, joven, nos vemos luego —y antes de voltear para irse, le dijo:

—Usted es muy hermoso.

Ante aquello, el mas alto (de apenas veinte años) se ruborizó, y antes de que aquella chica de al parecer su edad se marchara, tomó delicadamente su brazo.

—Disculpa —una vez que tuvo su atención la soltó —¿Cual es tu nombre? Nunca te había visto por aquí.

—Me llamo Chrissie Mullen, ¿Y su nombre?

—Brian May, un gusto conocerla.

....

—Oye Bri —soltó la mujer.

—¿Mm? ¿Que sucede?

—¿Quieres ser mi novio? —aquello agarró desprevenido a Brian, el cual escupió su bebida.

—¿¡Que?! ¿¡Ha-hablas en serio?! —soltó nervioso, con sus ojos bien abiertos.

—Si, Bri. estoy enamorada de ti, y quiero saber si quieres ser mi novio.

Brian se quedó un momento en blanco.

—¡SI! —contestó emocionado.

...

—Estoy embarazada.

—QUE.

—¡Mentira! —rió —es mi gata la que está embarazada, ¿Quieres uno de sus gatitos? No podemos cuidar tantos.

El ruloso pensó.

—Por supuesto, me encantan los gatos.

...

—¡Ay que lindo! Es rubiesito —soltó al ver al pequeño felino entre sus manos por primera vez, pensando en Roger, ocurriendosele un nombre para su nuevo gatito —lo llamaré...Meddows.

...

—Señor May, usted queda contratado para ser el nuevo profesor de Fisica y Matematicas de nuestro colegio —el director estrechó manos con el mas alto.

—Es un honor trabajar con ustedes, señor.

...

Iba entrando al salón del Octavo grado, pero desde la puerta divisó un hombre de estatura minimamente pequeña y rubio, se acercó a el para preguntarle quien era, pero este se volteó, y antes de que pudiera hablar el rubio ganó en quien hablaba primero.

—Oh, disculpe, solo venía a buscar mi estuche.

Vio su rostro con leves facciones afeminadas, y esos bellos ojos azules...era el.

—¿Rog?

—Brimi...¡Brian!

Y ahí es en donde comienza esta historia.