XI

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El ruloso tomó el telefono fijo de la casa y marcó al número de Fred, dispuesto a llamarlo y hablarle sobre el tema, estaba preocupado ya que su niño —como lo había apodado —llevaba una semana sin volver a la casa, pero afortunadamente, Freddie contestó.

—¿Alo? Estás llamando al número de Freddie Mercury, si vienen de cobranza, les seré sincero queridos, ya he cambiado de telefono automaticamen-

—Freddie, soy yo.

—Oh, hola Bri, ¿Me llamas por Roger, verdad?

—¡Sí! Es que, ya terminé con Chriss el día siguiente al que Rog se fue, pero desde ese momento que todo está raro, y no es por paranoia, algunas cosas que Rog dejó aquí estuvieron desapareciendo, y Chriss vendió su casa y no la he visto ni si quiera por la calle, se me está haciendo muy sospechoso, Freddie, no lo estoy diciendo de broma.

—¿Que? ¿Como así?

—Tal como lo escuchas, por favor cuida muy bien a Rog, ordenaré bien la casa, cerraré todo e iré a hablar con el para llevarmelo, ¿Sí?, tu igual cuidate.

—Esta bien, tu igual cuidate, Bri, nos vemos luego —y cortó.

Brian puso manos a la obra, empezando a limpiar toda la casa para traer devuelta a su pequeño rubio. En poco tiempo terminó todo, por lo que, cerró todas las ventanas, y salió de la casa (Obviamente cerrando la puerta con seguro).

Corrió hacia la casa de Freddie, no tardó mucho, al llegar tocó rapidamente la puerta, siendo esta abierta por el pelinegro.

—Oh, Brian, querido, entra, te estaba esperando —se hizo a un lado para que el mas alto entrara —Roger está en la habitación de invitados, hablaré con el para que hablen ustedes dos —se dirigó al segundo piso.

Brian entró a la casa, sentandose en el sillón mientras pensaba en todo lo que le diría a Rog, quería solucionar todo el malentendido.

Estuvo un largo rato esperando a los chicos, hasta que luego de diez minutos finalmente bajaron, Rog tenía sus mejillas levemente rojas, sus ojos parecían tristes aún, tal como cuando se fue de la casa, y miraba al piso, evitando la mirada del ruloso.

—Aquí está el rubio, tratalo con cariño o juro que te golpeo —intentó poner un poco de humor el chico proveniente se Zanzibar.

—Obvio que lo trataré con cariño, Fred.

El rubio solo se sentó en el sillón, al lado de Bri, mientras aún intentaba evitar su mirada.

Fred solo se fue sin decir nada, dejandolos a solas. Bri tomó aire para hablar.

—Roggie, ¿Como has estado?

—Mm... —no contestó.

—Espero que bien, necesito hablarte de lo que pasó hace una semana, es muy complejo, y claramente nos ha afectado a los dos, y primero que todo, quiero pedirte perdón por no haberte dado una explicación rapida antes de que te fueras, entiendo que estuvieras molesto, o que incluso lo sigas estando, es una reacción natural del ser humano ante esas situaciones... —volvió a tomar aire —sobre lo de Chrissie y yo, ella me ha estado obligando a engañarte a ti con ella, me presionaba y amenazaba, decía que te haría cosas horribles si llegaba a terminarle a ella, y creeme, no quiero que te pase nada —volvió a quedarse sin aire, volviendo a tomar una bocanada de aire —pero logré terminarle al día siguiente que te fuiste, y me sentía aliviado de tener un peso menos, pero el alivio me duró poco, durante los siguientes días cosas tuyas desaparecían diariamente, y eso que dejaba todo cerrado, y por eso me estuve preocupando demasiado por ti, y quiero protegerte lo mas que pueda, mi niño.

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