Luego de que mamá nos dijera la verdad de lo que había sucedido, nos levantamos a abrazarla, diciéndole lo mucho que la amamos, que no teníamos que perdonarle nada, que no era su culpa.
Cosa que ella no quería aceptar.
Pero a este punto de la historia no es necesario encontrar algún culpable para nuestras desgracias... Quizás simplemente es lo que estaba escrito en nuestro destino, y que nosotros mismos decidiríamos como manejar la situación siguiente a los hechos. Por mi parte el saber la verdad me ha ayudado un poco, siendo sincera es como si me hubiese quitado un peso de encima.
Tuve que tener una conversación con Daniel de con me sentía realmente para contarle como pase esos años de verdad. Le conté lo necesario a saber... Él me dio un gran abrazo, y me dijo que era una excelente hermana, Dalia se nos unió al abrazo, que de alguna manera terminó siendo una guerra de almohadas.
Al final mamá nos regaño a los tres por el desorden que habíamos hecho.
Ella se enfocó en sus labores en la empresa y en seguir siendo la mejor madre para nosotros, a mí me recomendó ir a algún psicólogo... Cosa que me negué porque no me sentía tan mal como para asistir a uno, a veces me costaba dormir pero era porque tenía mucho en mente, ya se acercaba diciembre, y significa mes de regalos.
Hablando de regalos debería sacar de su escondite los regalos de los mellizos... Hoy sería su fiesta, la pospusimos una semana para sentirnos mejor de aquel incidente, y fue una de las mejores decisiones que hemos tomado.
-¡La decoración será violeta!- exclamó Dalia con emoción.
-¡No! ¡Será roja!- por su parte Daniel reprochó.
Mi hermanos peleaban un año más por la decoración, cosas de compartir cumpleaños...
Ay no, gracias a Dios eres tú solita...
-Chicos decidan antes de llegar al centro comercial- les dije.
Yo era la encargada de comprar la decoración, mientras mamá se encargaba de la comida, y los idiotas de mis mejores amigos de los invitados y bebidas.
-Amor cuando te alteras te punza una vena en la frente...- Derek se reía a mi lado.
Íbamos en mi auto hasta el centro comercial, decidió acompañarnos con la excusa de evitar que matará a los cumpleañeros, aunque yo sé que vino fue para estar conmigo. Desde que ese hombre decidió irse definitivamente de nuestras vidas Derek ha estado casi día y noche conmigo, en ocasiones su padre tenía que venir a sacarlo de mí casa o habitación para que calentará su cama, no me dejaba usar el auto para ir al instituto porque me quería llevar y traer.
Es un empalagoso.
Un empalagoso que te encanta no te hagas...
Pues si.
-Eso no es cierto- le respondí mientras me tocaba el lugar que había dicho.
-Y te sonrojas cuando me ves a los ojos- seguía riendo.
Eso sí era verdad cada que lo veía me sonrojaba, ¿Por qué? No tengo ni la menor idea, pero a él le encantaba. Por cuestiones de que yo era la que estaba conduciendo no pude verle la cara, pero le regale una sonrisa a lo que dijo, haciéndole notar que le daba la razón, a lo que él reaccionó poniendo su mano sobre mi pierna, apretándola un poco.
-¡ROSE AYUDA!- gritó Daniel desde la parte de atrás.
-¿Qué?-
Ya habíamos llegado al centro comercial, terminaba de aparcar cuando Daniel gritó, al darme la vuelta me sorprendió ver a Dalia sobre su espalda. Si Derek pensó que yo los iba a matar primero estaba muy equivocado.
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TRUE
Teen FictionLos recuerdos son algo intangible. Recordar duele, atarse al pasado crea que tu vida tome un rumbo diferente. A veces te sientes perdido, pero ¿Qué pasa cuándo encuentras una brújula que te ayuda a direccionar el camino de tu vida?. Me llamo Rose...