Pony Tsunotori (1/?)

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Un día tranquilo. Como cualquiera, relajado, siendo lo más movido una pequeña practica. De cielos nublados y una suave brisa que aliviaba el calor de comienzo de verano. El caos normalizado parecía estar incluso calmado. Muchos héroes aprovecharon a pasar tiempo con sus familias, mientras una minoría controlaba el perímetro.

Los jóvenes héroes se encontraban en clases. Ya estaban en su tercer hora, en clase de matemática. No era muy complejo lo que estudiaban, después de todo se trataba de un repaso.

T/n, se encontraba empeñada en prestar atención, le era complejo, pues padecía TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y como si fuera poco, también dislexia. Pero cuando hubo superado los 10 minutos que ella podía permanecer concentrada comenzó a contemplar el salón como si fuese lo más increíble del mundo.

El profesor pareció dar crédito a ello, ya que le pidió que leyera la siguiente consigna para traer de vuelta su atención. En el momento que hubo que leerla guardo silencio. Y a los segundos se giraron todos para contemplar como comenzaba a estresarse por no comprender lo que decía allí. Llegó al punto en que las lagrimas comenzaron a salir involuntariamente y recorrer sus mejillas únicamente por no comprender, obligando al profesor a disculparse ante las miradas de desaprobación del resto de curso.

-No te preocupes, no es tu culpa. -se oyó a lo lejos la voz de Monoma. Bien cierto era que este solía ser denso, pero tenía un cariño especial con su hermana y nunca permitiría que fuese humillada.

-Esta bien. Solo tengo que descifrar que dice aquí.

-¿A ver que es lo que lees? -Neito ponía toda su concentración en la mujer tratando de que no entrara en un estado de crisis combinado con estrés por no comprender la oración.

-Vidadi 369,54 nenu tiplumo leda tancepio cualbo.

-Divida 369,54 en un múltiplo de la potencia 6 al cubo. -Le corrigió este de forma honesta con amabilidad.

-Gracias Neito..., disculpen. -Pareció calmarse al igual que la clase siendo que la mayoría suspiro de alivio al comprobar que se encontraba bien.

Fue entonces que la joven sintió como algo le ardía en su nuca, como si un par de ojos la mirasen y de inmediato supiesen todo, hasta sus pecados. Esto genero cierta incomodidad en ella hasta que empezó a comportarse de manera más recta, como si tratase de pasar desapercibida de un puntero laser. Como la situación no mejoraba, se giró atrapando en el acto a una pequeña observadora de adorables cuernos que provocó una sensación de intenso calor y nerviosismo. Su respiración se entrecorto, sus pupilas se dilataron y su corazón comenzó a latir tan rápido como si hubiese corrido una maratón.

Se quedo sin palabras por el resto de la clase. Su mente se llenaba de preguntas ansiosas por ser contestadas. ¿Sería posible que se haya conmovido de una forma más romántica de lo normal?¿Cómo lidiaría con ello ahora? Simple, le iría a hablar. De seguro no era tan malo. Y si tenía suerte, no sería ningún enamoramiento. No llevaba consigo muy buenas experiencias de romances anteriores.

Necesitaba paz para pensarlo un tiempo. Era una única experiencia, podía ser algo pasadero. Lástima que no deseaba que fuese solo una experiencia, algo lo decía que era más; pero decidió ignorarlo y encerrarlo en lo más profundo de su corazón, donde nadie nunca lo encontraría, ni mucho menos se atrevería a buscar.

Un remolino de sentimientos la condujeron a un lugar alejado de la clase, en el cual imagino miles de escenarios y situaciones que ocurrían dejándola en malas condiciones.

Al instante que la clase dió fin, la joven guardo sus cosas y se marchó hasta el baño. Necesitaba liberar sus pensamientos.

Pero algo la distrajo de su camino haciendo que olvidarse a dónde iba. Llegó a un sitio más tranquilo y por impulso se dirigió a la azotea. Caminó por el límite hasta unas macetas con pequeños árboles.

-¡Hojitas! - Dijo sonriente.

Tomó una y al ver que estaba rota, gruñó. Estiró la mano nuevamente para tomar una más cuando fue interrumpida por la presencia de alguien que se aclaró la garganta con un grave sonido.

-Señorita, le ruego que se vaya abajo. -Se trataba de una voz gruesa y severa, incluso levemente opaca.

-Oh..., si -Se giró para encontrarse con un profesor que reconoció de inmediato, pues siempre acompañaba a los de 1A-. Voy de inmediato.

Sin perder segundo se encamino con el tiempo contado hasta el baño. Ya era escasa la aparición de algún alumno en los pasillos.

En el baño, se encontró con la joven de esa mañana. No sabía su nombre, nunca lo había mencionado. Mas bien parecía haber llegado recién al mundo.

-Hum..., hola. -Murmuro con un claro sonrojo. La joven no pudo comprender esto y simplemente lo ignoró llevándose una mano una mano a la nuca para rascarse la cabeza.

-Un placer, soy T/n Monoma. ¿Y tú?

Chicas de BNHA x Lectora. || One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora