Setsuna Tokage (1/?)

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Amar es algo confuso pero bello al mismo tiempo. Lo oímos muy seguido ¿verdad? Pero cuando lo pensamos, ¿que es lo confuso? Hay muchas respuestas para esto; que la sociedad no esté de acuerdo, que te hagan creer cosas que no son, que las mismas personas que te rodean te enseñen valores para identificar el amor que sean inciertos. Después de todo; no hay una sola forma de amar, ni una sola forma de pensar.

Lástima que vivamos bajo el peso de la estima, el prejuicio y la búsqueda de apreciación.

En este caso, fue lo ocurrido con Maika Kito; una joven de 15 años, cabellos morocho ligero y rizado, y de ojos tal rubíes; que lastimosamente fue a vivir a otro mundo para salvar a su todo.

Bienvenidos al año 1730, en un pueblo lejano del actual Tokio.

Este no debía de tener más de 60 habitantes y todos se dedicaban a la cría de animales y el cultivo.

En fin, la historia comienza, cuando una joven de dulces ojos negros tal carbón, se encontró en el bosque con una muchacha de cabello morocho que deleitaba a los pájaros con su canto.

Sin hacer ruido, está se agachó hasta sentir el suelo bajo sus muslos. Sin parar de observar, fue notando cómo el calor del ambiente iba en aumento. Era tal la emoción producida por el emotivo cantar de la desconocida, que había generado una gran paz y regocijo.

Aunque cuando fue a apoyar su mano para sentarse mejor, una pequeña rama se quebró haciendo el ruido necesario como para que aquella joven se callara. La anteriormente mencionada, se giró con brusquedad para contemplar el rostro inundado de vergüenza de la de cabellos verdosos.

     —¡Ay perdón! No era mi intención molestarte —hizo un amage a taparse el rostro colorado de vergüenza —. Es que me pareció que cantabas bonito...

     —No pasa nada, no te preocupes. —Dijo ahora está con amabilidad.

     —¿En serio? Entonces, disculpa el atrevimiento, ¿puedo seguir escuchando? Si quieres incluso te pagaré.

     —Puedo seguir cantando sin necesidad de que me paguen. —declaró —. Pero por el caso..., ¿con qué me pagarías?

     —¡Con lo que quieras! No creo que haya alguna cosa muy complicada de conseguir en el pueblo.

     —Oh, pero lo que yo quiero es unico en el mundo.

     —¿Al menos está aquí? ¿O cerca?

     —Si, su presencia me llena de alegría.

     —¿Se podría saber cuál es el objeto que tiene tal importancia?

     —¿Y si te lo digo que harás?

     —Depende de que sea lo que pidas.

     —Oh, ¿y si yo pidiese el mundo? ¿Que dirías?

     —Que no es algo a mi alcance.

     —¿Y si he de pedir tu mano?

     —Pues deberíamos de preguntar a mi padre, aunque no entiendo a qué viene la pregunta.

     —Te acabo de decir.

     —¿El qué? ¿Cuál es la paga?

     —Claro, ¿que esperabas? Algo único en el mundo, que me llene de regocijo y me de razones para amarle, ¿que mejor que ello? Tu belleza es inmensa, fuera de los campos de medición. Tus preguntas, son acertadas e inteligentes. Tu presencia, tu existencia, es perfecta; y a mí no me lo niegas. Porque me conoces desde nacimiento y no sabes quién soy porque no haz querido saber.

     —Pero somos mujeres.

     —¿Esto te impide amar acaso? —finalizó para levantarse y acorralar contra el césped a la contraria.

     —El pueblo está cerca, y los habitantes les encanta exagerar y sobrecargar una historia. Si ven que te encuentras sobre mí, te quemarán.

     —La gente siempre es tan mierda, no te preocupes por ello.

     —¡Tu dijiste una mala palabra!

     —¿Acaso crees que los hombres son los únicos capaces de decirlas?

     —¡Es pecado!

     —No es un pecado si no te oyen. —se recostó sobre su pecho antes de comenzar a besar su cuello con descaro.

     —Nos van a oír.

     —Para cuando lo hagan, tu ya habrás venido del cielo.

     —¿Disculpa?

     —Oh, nunca lo has hecho, ¿no?

     —¡C-claro que si lo he hecho!

     —Entonces deberías de saber que no te oirán, porque los gritos que pegaras no serán de dolor. Aunque bueno, debo admitir, te dolerá siendo está tu primera vez. Seré gentil.

Con fiereza siguió besando el cuello dejándolo lleno de marcas rojizas tal como picadoras.

Pero una fortuna sorprendentemente mala las obligo a detenerse.

     —¡Un vampiro! — grito alguien no muy lejano a ellas.

     —No, ¡es una bruja! — siguió otro.

     —¡Salven a lady Setsuna de la bruja! — añadió un tercero.

Con fuerza quitaron de encima a Maika revoleandola a un metro de distancia. Está trato de levantarse pero inmediatamente fue pateada hasta la perdida de conocimiento.

...

Disculpen el retraso.

Las dejo con la intriga muajajaja *inserte risa malvada*

Chicas de BNHA x Lectora. || One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora