Cap.50 "La liberación de un ángel y el entierro de un demonio"

1.9K 156 81
                                    

Tn Hasdrick

Hoy sería el día en que mi libertad volvería a mi, hoy sería el día en que abandonaría mi prisión y escaparía con el que amare llamarlo, mi amor.

Algo muy raro que me estaba ocurriendo en el castillo es que grandes tropas de guardias rodeaban este y traían armas aunque no las necesitaran, pues por lo que tenía enterado ellos poseían la fuerza, velocidad y transformación de hombre a murciélago.
No había visto a Cameron en todo lo que resta de este día y la luna comenzaba a asomarse por el atardecer, solo me había encontrado con Mariam la cual me consoló diciendo que todo estaría bien y que todo sería ejecutado con éxito.

Lo ubico que podía hacer en estos momentos era el esperar y rezar por qué todo saliera bien y que Cameron no fuera lastimado, ni yo.




Aidan Gallagher

Enfrente de mi estaba mi tío el cual me reprendia que mi plan no sería posible y que terminaría arruinando todo, pero yo estaba muy seguro que si funcionaria y si fuera lo contrario, yo me haría cargo de todo mi reino y dejaría que me cayera todo el pésame.

Me aleje de este para comenzar una salida fuera del castillo con destino a el viejo roble, un punto que está en medio del reino humano y el nuestro, al salir del castillo, un cabello negro me estaba esperando y la tropa que muy bien prepare con los mejores me acompañaban.

Dirijo una última mirada a la torre donde tengo prisionera al amor de mi vida y podía ver su silueta en esta, sabía que me estaba observando así que lance un beso a su dirección para comenzar a cabalgar al viejo roble.

A mi lado derecho estaba el general el cual desde niño siempre cuido de mi y me enseño muchas técnicas de pelea, se había convertido como un hombre que admiraba, debo admitir que tengo sierto cariño en este.

Cariño que hasta el día de hoy no encuentro en mi tío, que es una persona de mi sangre.

-.mi rey, estamos por llegar, la reina humana aviso que ya se encontraba ahí.- aviso este mismo

-.muy bien, comencemos con esto.- hice que el caballo andará más rápido

No podía dejar de sonreír al pensar que en unos minutos tendría a la misma reina a mis pies y suplicando por su vida, eso sería magnífico.

Pero lamentablemente no todo es eterno a lo cual mi habilidad de poder estar en la luz del día se acabó y para volver a obtenerla, necesito beber la sangre de mi compañera de vida, cosa que no he hecho hasta ahora y que solo yo puedo hacer.

Me he prometido a mi mismo que cuando todo esto acabe, le rogare volver a comenzar y que me dé una oportunidad para vendar todas esas heridas que yo mismo provoque y no sabe cuándo tuve la oportunidad, si es que alguna vez la tuve.

Mis pensamientos son terminados al ver el viejo roble casi morir y detrás de este a la reina humana con una enorme sonrisa y una muy pequeña escolta a diferencia de la mía que parece casi un batallón, creo que esto será más fácil de lo planeado.

-.Aidan....rey demonio, hijo de Robert Gallagher y descendiente del infierno, es un placer verlo.- hizo una reverencia

Halago, patético.

Yo a su diferencia, no hago nada y solo me bajo de mi corcel para acercarme a ella con una gran y escalofriante sonrisa.

-.valla, valla pero su majestad, que radiante luce hoy, si duda perfecto para este día.- digo fingiendo amabilidad en mi voz

Ella traían consigo un vestido rojo vino, su típica corona y su cabello suelto por los aires, además que traían consigo unos diamantes en su collar y aretes.

𝑳𝒂 𝑪𝒉𝒊𝒄𝒂 𝑫𝒆𝒍 𝑫𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora