Yellow Sparkles In The Night (Destellos Amarillos En La Noche)

Parte 11

Esa tarde fue fugaz, sin darme cuenta ya había vuelto a casa y ahora estaba acostado en mi habitación mirando el techo.
Esa noche dormí como no lo hacia hace mucho tiempo, el sueño llegó, fue tanto cálido como instantáneo... Morfeo está de buenas esta noche.
Desperté al dia siguiente antes de que mi alarma sonara, empecé a prepararme para la escuela de manera calmada.
Preparé mis útiles escolares en mi mochila para despues salir de mi habitación, mientras bajaba las escaleras un mensaje hizo mi telefono vibrar y emitir un sonido.
Rápidamente revisé y era un mensaje.

De: Miura Yumiko

Asunto:
Buenos dias♡, no sé si ya estas desspierto pero... nos vemos en la escuela(^.^)^

Honestamente no me esperaba algo así, inevitablemente me sorprendí por el corazón en el texto y algo parecido a la mueca de una sonrisa se filtró hacía mi rostro.

Para: Miura Yumiko

Asunto: Buenos dias.
Estoy despierto desde hace un rato, nos vemos en la escuela.

Respondí, en ese momento Komachi que estaba sentada en el sofá de la sala notó mi presencia.

-Hoy amanecimos de buen humor, ¿verdad?

Dijo con un tono engreído antes de darme la espalda y volver a ver la televisión.

-Deberías de prepararte ya para ir a la escuela.

Dije antes de dirigirme a la cocina para tomar un desayuno rapido, que básicamente era una taza de café y una tostada con mermelada de lo que sea que haya en el refrigerador.

-Y cepillate los dientes, ¡me voy yendo!

Dije mientras me calzaba los zapatos en la entrada.

-Que te vaya bien...

Dijo Komachi en respuesta desinteresadamente desde el sofá.
Salí a la calle y miré la hora en mi teléfono.
Contemplando el hecho de que aun es temprano tomé el camino largo a la escuela para asi poder escuchar un poco de musica y matar el tiempo.
La lista de reproducción saltaba entre géneros y cantantes de forma gradual que hasta era agradable...

-¿Quien fue el genio que armó esta Playlist?

Dije desbloqueando mi telefono para descubrir que fui yo... con razón unos minutos después llegamos a AmeWoMatsu de Minami, lo que causo inevitablemente que empiece a tararear en voz baja.
Paré inmediatamente cuando vi que una persona venía caminando desde la dirección contraria.
Caminé un poco mas y llegué a la escuela unos minutos antes de que suene la campana.
Fui a mi asiento y me acomodé, unos minutos después ella llegó... no pude evitar mirarla y en consecuencia fui atrapado, recibí una sonrisa que por si sola casi me deja fuera de combate, haciendo que desvíe la mirada hacia mi pupitre.

-Efectivamente, el pupitre está hecho de pupitre

Dije con la mente un tanto embobada, ademas al parecer fue en voz alta porque escuché una risa familiar proveniente de la parte de atrás.

-Que locuras dices, Hachiman

Al voltear pude ver a un Totsuka que reía mientras tapaba su boca con la manga de su chaqueta que parece ser del conjunto que usa en E.F.
Oi oi, estoy saliendo con Yumiko ahora, así que no intentes seducirme, gato rompehogares.
Dejando eso de lado volví a mirar hacia el frente por que la campana habia sonado notificando el inicio de las clases y porque segundos después un profesor entró al aula.
Las clases de la mañana pasaron, aritmética y historia fueron el método de tortura hoy.
Se dedicaron a taladrar mi cerebro, aunque la clase de historia no fue tan mala, aprendí que hubo un cuello de botella en la población humana hace 150 mil años...
Dejando eso de lado, ahora mismo es hora del almuerzo así que decidí ir al baño antes de comer algo.
Una vez ahí, después de lavarme correctamente las manos, me refresco el rostro en el lavabo para despues salir finalmente del baño, mientra caminaba en dirección a la maquina expendedora mas cerca, en el pasillo ví a Yumiko con un bento en la mano haciéndome señas para que me acerque, casi por reflejo, como engatusado por ella empiezo a caminar como raton al queso en su dirección, acto seguido Yumiko empezó a caminar también y se perdió de mi vista en una esquina.
Me apresure a seguirla y Yumiko volvió a hacer lo mismo, jugamos a esto hasta llegar a la azotea que estaba tan desértica como siempre.