･ﾟMemorias vacías ･ﾟೋ 「𝒯𝐻&𝒴𝒥」

Recuerdos ⁝ Parte 1

¿Fue una locura lo que había hecho? Tal vez, pero era más fácil perdón que pedir permiso.

Con eso en mente lo hizo y no se arrepentía de nada, le quedaba bien, sabía que le quedaba bien, claro que otra parte de su cabeza se cuestionaba la reacción del resto y pensamientos negativos llegaban poco a poco.

...

Una mano se posó en su hombro dándole leves golpecitos animándolo, para después esa misma mano pasó a peinar suavemente su cabello y por último una sonrisa de labios cerrados lo recibió. Se calmó y sonrió por igual, aseguro la correa de su maleta en su hombro antes de abrir la puerta de cristal que tenía enfrente, esta como siempre hizo su sonido característico que llamó la atención de quien estaba en el mostrador moviendo unos folletos de un lado al otro muy lentamente.

—Buenas tardes sea usted bienvenido a Heaven ¿Qué le podemos servir? — era una voz tan dulce y característica de esa cafetería que lo recibió, sin embargo, quien la pronunció no le había dirigido la mirada ya que la tenía pegada en el suelo.

—Una invitación para almorzar juntos por favor — hablo intentado sonar lo más serio posible. Su respuesta hizo que la chica de inmediato levantara la mirada con una leve molestia y cuando miró quien tenía en frente su expresión cambio a una asombrada — ¿Qué tal?

Tsuki se llevó las manos a la boca para acallar sus gritos, sin embargo, era fácil leer su emoción por la expresión que estaba haciendo y eso lo hizo sonreír. Entonces la chica se agachó levantado algo consigo una vez se volvió a mostrar.

—Ayuda, no soy un muñeco de trapo — se quejó el chico quien tenía unos cuantos pastelitos en sus manos, al parecer estaba llenando la parte baja de la vitrina — oh — Dejó los pastelitos en el mostrador, se limpió las manos en el delantal y le pidió al chico que se acerque — no es una peluca. Amigo deberían agradecer que no eres modelo o terminas con la carrera de todos.

—Tiene razón, te queda muy bien, realmente muy bien ¡ah! — grito la chica y escaneo todo el local y luego regresó a mirar a su compañero quien enseguida entendió la señal y se adelantó para perderse en la cocina — enserio te ves muy bien, pero quédate aquí un rato, enseguida volvemos — y desaparecieron de su vista.

Taehyun sonrió por los halagos que recibió por su nuevo color de cabello, escuchar eso era agradable y opacaba por completo todo pensamiento que tuvo antes. Al estar solo regresó a mirar a la puerta de cristal en donde por fuera un chico estaba parado mostrando una gran sonrisa con sus pulgares hacia arriba y pronunciando "ves que eres guapo" de manera muy exagerada, acciones que lo hizo reír a carcajadas.

Su tarea de apoyo estaba hecha y una vez miró que el ahora rubio volvía a estar en compañía se alejó de esa cafetería sin antes cubrirse la cabeza con la capucha de su abrigo negro, pasando desapercibido entre toda la gente que iba y venía ese fin de semana.

Taehyun solo pudo ver por el rabillo del ojo como se iba, siempre se iba de la misma forma por eso tenía el apodo que le puso. No podría decir que era alguien extraño, mas bien era alguien único.

—Ya sabía que imponía moda — apareció Taemin peinando con elegancia exagerada su cabello también rubio, haciendo que el resto que iba llegando también lo peinara de la misma forma simplemente para molestarlo.

—Siempre debemos seguir lo que nuestro jefe haga, así alcanzamos el mismo éxito — sonrió cruzándose de brazos — pero hoy superé a mi propio jefe, el rubio es mi color — el mayor puso sus ojos en blanco y pasó su brazo por su cuello para atraerlo hacia él para empezar a desordenar su cabello.

—Ahora si puede decir que son hermanos, con ese color son prácticamente gemelos — la chica se acercó a ellos para ayudar a Teahyun a separarse de Teamin jalando de su brazo, una vez estuvo libre le pasó su delantal con el logo de la cafetería — eso quiere decir que Tae es nuestro jefe ahora — comenzó a aplaudir con emoción.

—Nuevo jefe súbanos el sueldo — le siguió el juego a su compañera y le ofreció a Taehyun uno de los pastelitos que había dejado sobre el mostrador.

—No sé qué clase de conclusión rara sacaron, pero si tanto insisten me voy — habló el mayor indignado, sacándose el delantal de la manera más dramática que pudo con verdaderas intenciones de irse, pero sus planes fallaron cuando tres pares de brazos lo comenzaban a empujar de vuelta a la cocina — el explotado aquí soy yo, déjenme descansar una vez en mi vida.

Aunque la cafetería estaba algo llena nadie ponía atención a lo que estaba pasando en la entrada ya que la mayoría eran clientes habituales que estaban acostumbrados al teatro que se armaba de vez en cuando.

...

Ese día no había sido tan ocupado pese a ser fin de semana, habían terminado rápido lo que significaba ir a casa temprano a descansar, al menos para el resto, Taehyun tenía la tarea de cerrar la cafetería, por culpa de un juego de piedra, papel y tijera que perdió.

Puso la última maceta dentro de la tienda antes de cerrar, una vez verificó que todo esté en orden, aseguró cada puerta y al fin empezó a caminar. 

Pese a que la noche era fría varias personas seguían caminando por las calles tan animadamente que parecía que el frío no existía. Tal vez era por ser fin de semana, los pequeños puestos de comida también lucían llenos, quiso pararse a comprar en uno, pero tendría que esperar a ser atendido por lo que prefirió seguir su camino.

Tiempos así le gustaba, caminar mientras sentía la brisa del viento chocar contra su rostro era relajante, el ruido de fondo de las personas hablando tampoco era muy molesta, además conforme se iba acercando a su hogar, el disturbio de la gente era menos evidente, tal vez porque sus vecinos siempre se iban a dormir temprano.

—Taehyun

Paro de caminar al escuchar esa voz a sus espaldas ¿lo había estado siguiendo o estuvo esperando ahí hasta que aparezca? ¿y qué hubiera ocurrido si llegaba más tarde? Si él con dos abrigos y una bufando seguía sintiendo frío.

—Si quieres verme solo debes escribirme, no importa lo "molesto" que esté, sabes que responderé — suspiro con cansancio mientras veía como humo salía de su boca a causa del frío.

—Te escribí y no me respondiste, creí que ya no querías volverme a ver.

¿De qué estaba hablando? Todo el día estuvo con el celular en la mano esperando a que lo llame o algo, cómo no se iba a dar cuenta que le escribió, pero tampoco parecía estar mintiendo,  si lo hacía era muy evidente, en esta ocasión no parecía ser el caso. Suspiró y miro la calle vacía, de nuevo se sentía molesto.

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➜ Estos son fragmentos que logra recordar de sus sueños