— ¿Quién eres tú? ¿Cómo me conoces? — Dante se acercaba lentamente hacía Astrid quien solo se limitaba a mirarlo.
— Digamos que tu nombre y el de tu hermana son bastantes conocidos en Erión.
— ¿Erión? — Se detuvo a unos metros de ella.
— Sí, verás: Erión es el lugar de residencia de...
— Eso ya lo sé — el tono de Dante era severo — ¿qué sabes tú de Erión?
— Bastante — Astrid jaló hacía atrás su capucha y sus ojos se tornaron azules completamente.
— Sus ojos... — Felicia caminaba cautelosa hacía donde se encontraba Dante.
— Eres una Eridiana.
— Solía ser una Inhumana.
— ¿Inhumana? — Felicia miraba a Dante y a Astrid alternadamente. La boca de él era una línea delgada.
— ¿Van a interrogarme aquí?
— Vamos — Dante comenzó a andar.
— ¿Vamos? — Astrid miraba a Felicia y al parecer estaba tan consternada como ella.
— Sí. A mi casa.
— Creo que eres algo menor para enredarme contigo — se burló. Él siguió andando, a los pocos segundos le siguieron Felicia y Astrid.
En la casa Dante se encontraba de pie frente a Astrid quién estaba sentada tranquilamente.
— Astrid, ¿qué tienen que hacer los Eridianos aquí? — Dante la miraba seriamente.
— Leif tiene sospechas sobre La Orden.
— La Orden tenía a la familia de una amiga de nosotros, ya terminó.
— Las sospechas de Leif van más allá de eso — Astrid se puso de pie frente a Dante — él cree que un Eridiano los está comandando, y eso no traerá nada bueno... Para nadie, mucho menos para ti.
— ¿Yo qué tengo que ver en todo esto?
— Lo mismo que tuve que ver yo hace unos cuantos siglos — Astrid comenzó a andar hacía la puerta principal.
— ¿De qué hablas? — Preguntó Felicia, pero Astrid ya había cruzado la puerta.
Había terminado un evento en el Hard Rock Café y cientos de jóvenes salían por la puerta principal como era costumbre. Un pequeño grupo de cuatro adolescentes caminaban por la acera comentando y recordando el evento del que recién salían. Una camioneta blanca se detuvo cerca de ellos, se abrieron las puertas y unos hombres con capucha y pasamontañas los subieron a base de violencia.
Uno de los jóvenes, Jeff, de cabello rubio y piel aperlada, despertó un poco mareado y tardó unos segundos en darse cuenta que se hallaba atado a una silla y junto a él se encontraban sus amigos: Peter, cabello castaño y echado hacía un lado, Joseph, piel morena con cabello negro y Alice, piel aperlada y cabello rubio por debajo de los hombros.
— Buenos días, Jeffrey Winston. Espero que tu sueño haya sido placentero — un chico de piel pálida y cabello dorado se levantaba frente a él.
— ¿Quién eres? — dijo con un tono de desconcierto.
— Pues tengo distintos nombres, pero, tú puedes decirme Haziel.
— ¿Qué quieres de nosotros, Haziel?
— Entrenarlos.
— ¿Para qué? — Dentro de él sentía cierta repugnancia por el porte superior y confiado de Haziel.
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Rise
Science FictionLos Inhumanos son una raza, resultado de uno de los experimentos en humanos hechos por los Eridianos, seres que comandan la red de la realidad entre dimensiones, seres supremos podría decirse, quienes gustan por experimentar con especies en todas la...