Rise

Reencuentro y despedida.

La catedral de St. Mary se alzaba imponente en el centro de Austin, Texas. Era un lugar antiguo y con muchos secretos al parecer. Dante y Axel se encontraban analizando el lugar, era temprano en la mañana y a la vista de cualquiera, parecían dos chicos que tomaban fotos de sus vacaciones.

Regresaron al hotel donde los esperaban Felicia y Cassie junto a Leif.

— ¿Encontraron algo? — Felicia preguntaba impaciente.

— Nada, no hay nada fuera de lo normal, es solo una iglesia — contestó Dante, mientras se dejaba caer en la cama.

— Tal vez la entrada se encuentra donde nadie buscaría — Leif estaba sentado lleno de serenidad.

— ¿El altar, Tal vez? — Cassie se encontraba de pie junto a la puerta.

— Pero no permiten que los turistas de acerquen al altar, hay una valla a unos metros — contestó Dante agotado, se notaba que no había podido dormir, al igual que Dante, tenían ojeras bajo los ojos.

— Deberíamos ir de noche — propuso Felicia.

— ¿Esta noche? — Dante tenía un tono cansado y algo ansioso.

— Tal vez sea mejor mañana por la noche — Axel se sentó en la orilla de la cama, a unos centímetros de las piernas de Dante.

— Si, deben descansar, no será nada fácil y si lo es, ya habremos perdido. Ténganlo en mente — Leif se puso de pie y caminó hacía la puerta.

— Leif, ¿seguro que no quieres quedarte en la habitación? — A Dante no le parecía que él estaría cómodo durmiendo en un auto.

— Estoy bien, gracias — y acto seguido, salió de la habitación.

— Bien, yo debería ir a asegurarme de tener todo para mañana — Axel se levantó y se dirigió hacia la puerta — ¿vienes? — Preguntó a Dante.

— No, gracias, estoy bien aquí — imitando las palabras de Leif.

— Yo voy contigo — Cassie se acercó a la puerta junto a Axel.

Ambos salieron cerrando la puerta tras ellos, en la habitación se quedaron Felicia estaba sentada sobre el escritorio que había en la habitación, llevaba una blusa blanca ajustada y unos vaqueros negros, con unas botas, se comenzaba a notar que las botas eran algo característico de ella. Dante por su parte seguía tumbado en la cama, él portaba una playera negra de su banda favorita Rise Against, unos pantalones semi-entubados y unos converse blancos.

— ¿Cansado? — Felicia se acostó al lado de Dante apoyándose en el codo.

— Un poco, ya sabes, lo normal — sin moverse.

— No te notas muy cansado, más bien... Ansioso.

— Bueno, acabo de descubrir que mi hermana a quien creía muerta, después de todo, está viva. Quiero encontrarla, Felicia — volteó su rostro para mirarla a los ojos.

— La vas a encontrar — regalándole una sonrisa y pasando su mano por el cabello de él.

— ¿Cómo entraremos al lugar donde reside La Orden? — Cassie estaba sentada en una silla que se encontraba al lado de una de las camas.

— ¿Entraremos? — Axel dejó la mochila y volteó a verla fijamente.

— Sí, entraremos. Es mi familia la que está allá dentro, ¿sabes?

— Ya, pero tú no entrarás, te quedarás aquí, a salvo — volviendo a buscar en la mochila.

— No, tú deberías quedarte aquí, tú eres quien está indispuesto para una batalla — jalándolo del hombro para que volteara a verla.