José Luis: Hanna te presento a Lluvia, mi yegua. Lluvia te presento a Hanna, mi novia -rie él
Hanna: Mucho gusto Lluvia -ríe
Así comenzaron a recorrer todo hasta llegar a un lugar apartado de todo
José Luis: Hanna Nicole, aquí en este lugar, con los pájaros de testigos -se arrodilla delante de ella- aceptas ser la mujer de mi vida? Luchar para que nada ni nadie nos separe jamás y seguir juntos el resto de nuestras vidas?
Hanna: José Luis -emocionada- aquí en este lugar y con los pájaros de testigos, acepto -se arrodilla y le da un beso
José Luis: Te -beso- amo -beso- Hanna -beso
Poco a poco el beso fue aumentando de nivel, José Luis comenzó a recostarse sobre ella y su mano fue bajando por su cuerpo. Sin poder llegar más allá, Hanna lo frenó
Hanna: Amor -lo apartó de ella- ya está oscureciendo -se paró rápidamente- deberíamos volver
José Luis: Amor -suspira molesto- no hay peligro de regresar al anochecer
Hanna: No conozco el camino y no quiero correr riesgo
José Luis: No hay riesgo que correr, estás conmigo -toma su mano
Hanna: Lo sé amor -le da un beso- pero prefiero volver
José Luis: Si no hay más, vamos -se monta a su caballo
Hanna: Gracias -sonríe y monta la yegua
Durante el camino de regreso no hablaron nada, José Luis estaba molesto y Hanna no comprendía el porqué
José Luis: Ve a la cabaña, voy a dejar los caballos -rompe el silencio al llegar
Hanna: Te acompaño -sonríe
José Luis: No, voy solo -dice molesto
Ella hizo lo que él dijo, entró a la cabaña y buscó su celular para avisar a Ashley que estaba pasándola bien y que seguramente volvería pronto. Sin embargo no lo encontró y eso la incomodó.
Hanna: Amor, viste mi celular? -pregunta cuando lo ve entrar
José Luis: Para qué? -algo molesto
Hanna: Quiero avisarle a Ash que está todo bien
José Luis: No es necesario, ella sabe que estás conmigo
Hanna: De todas maneras quiero hacerlo
José Luis: No lo harás -más molesto- estás conmigo y no necesitas a nadie más
Hanna: Solo quiero saber si... -la interrumpe
José Luis: Si ese sujeto ya se fue -le grita
Hanna: Nada de eso -molesta
José Luis: Entonces qué quieres? -grita
Hanna: No tienes porqué gritar -intenta calmarlo
José Luis: No me digas que tengo que hacer y respóndeme -vuelve a gritar
Hanna: Así es imposible contigo -al borde de las lágrimas
José Luis: No empieces -molesto- toma tus cosas y vamos -sale furioso
Hanna no pudo contener las lágrimas en el carro, lloraba en silencio mirando al infinito mientras regresaban a casa. El clima en aquel vehículo era tenso, ninguno de los dos decía nada
José Luis: Listo -dijo deteniendo el carro
Hanna: No vamos a hablar? -aun con la voz quebrada
José Luis: De qué? -sonríe él
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Quisimos ser tanto, que se nos olvidó ser algo
Hayran KurguA veces soñamos con las historias de amor que leemos en novelas o escuchamos en canciones, crecemos con esa espectativa y deseamos también poder vivirlo. Escuchamos historias de romances perfectos de personas comunes, por qué no podemos tenerlo tamb...