♡ Experimento contra adultos ♡

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Todos sabemos que es un verdadero reto explicar temas de extrema complicidad a los más pequeños, especialmente cuando se tratan de tus hijos. Si estás en dicha situación, debes ser claro, pero no tanto, de lo contrario podrías destruir su inocencia en cuestión de segundos.

Pero claro, los niños tienen una curiosidad y una exigencia inimaginable, aunque son hijos de detectives y dicen no temer a las consecuencias ¿Cómo lo afrontarán los adultos cuando estén frente a lo peor?

"He escuchado que los adultos se estremecen o se ponen nerviosos cuando les preguntan sobre la creación de los bebés."

Tanto Kirei como el resto de sus amigos quedaron intrigados por la noticia de Ryoichi Karanomori. Mientras los padres de los infantes estaban trabajando, los pequeños se quedaron a jugar en casa de Miyuki Ignatov.

"¿Pero porqué mostrarían nerviosismo por una pregunta cómo esa?" Preguntó Ginrei.

"Yo también me lo pregunto, digo no es tan difícil de explicar ¿Verdad?"

"Quién sabe, los adultos suelen dejar gestos sospechosos." Comentó Miyuki.

"Seguramente no quieren que descubramos que han hecho un contrato con la cigüeña."

Todos miraron a Hyōga Irie llenos de confusión.

"Hyōga...no te ofendas, pero eso sólo sucede en la ficción."

"De ser así ¿Porqué se sentirían nerviosos al explicarlo?" Miyuki y Kirei compartieron miradas.

"Tiene un buen punto, cuando tengo dudas con mis tareas, mi papá me los responde sin una pizca de nervios." Acotó Ginrei.

"Lo mismo sucede con mi mamá." Agregó Ryoichi.

"O tal vez...nunca fuimos traídos por la cigüeña." Intervino Naomi, hermana de Miyuki.

Los pequeños entraron en pánico, es así que Kirei se sorprendió un poco, llamando rápidamente la atención de sus amigos.

"Ahora que lo pienso, Shosuke y Yoriichi aún son bebés."

Aquel dato dejó al resto de lo niños más confundidos que antes, si de verdad la cigüeña los traía desde el cielo a la tierra ¿Cómo es que sus madres conseguían panzas enormes? De repente a Ginrei se le ocurrió una idea.

"Sí lo que dice Ryoichi es cierto, entonces hay que comprobarlo. Que cada uno le pregunte a sus papás sobre el tema de los bebés, sólo así nos sacaremos esta duda de la cabeza."

"Pero claro, nadie debe de saber de nuestro plan salvo nosotros." Agregó Miyuki.

"Estoy dentro." Dijo Kirei.

"Cuenten conmigo." Respondió Hyōga con entusiasmo.

Con el plan ya dicho, los pequeños siguieron con sus actividades hasta que llegaron los padres para recogerlos. Más tarde, cada infante pensó detenidamente sobre cómo preguntaría a sus progenitores sobre el tema de los bebés.

A que ni el detective tan habilidoso y astuto se le esperaba una pregunta tan embarazosa ¿Cómo reaccionará?

La familia Kōgami estaba cómoda en su hogar, en medio de la cena es que la pequeña Kirei tomó valor y habló.

"Mamá, papá ¿Puedo preguntarles algo?"

"¿Tiene que ver con la escuela?" Preguntó Shinya.

"No, es de un tema del cual tengo dudas...y muchas." Respondió Kirei no muy segura.

"Kirei-chan, no te avergüences de consultarnos lo que necesites. Con gusto te ayudaremos." Acotó Akane con una sonrisa.

En ese entonces la pequeña de siete años se sintió más segura, así que respiró hondo, jugó un poco con sus dedos hasta que soltó su pregunta.

"¿De dónde vienen los bebés?"

Ante la pregunta hubo un longevo silencio hasta que Shinya carraspeó. Akane se sonrojó un poco mientras intentaba hallar las palabras correctas para sustentar su respuesta. Kirei se sorprendió un poco al ver la reacción de los adultos, dando por hecho que la hipótesis de Ryoichi era cierta. Ellos estaban nerviosos.

Mientras tanto, Shinya pensaba en una manera sutil de explicarle a su hija sobre el tema. En realidad no era una pregunta difícil de responder, sólo tenía que descartar las partes obscenas y nadie saldría herido. Miró a Akane un momento y le dió una seña de que tenía una idea.

"Bien Kirei, para preguntar de estos temas se necesita de mucho valor y confianza. Así que te daré una clase de 10 minutos sobre el origen de los bebés."

Inmediatamente la niña asintió, Akane se alivió un poco. Shinya sabía lidiar con éste tipo de asuntos, pero no descartaría el hecho de que la castaña compartiera su opinión.

"Es un trato justo, porque dudo realmente que le hayan pedido a la cigüeña que trajeran a Shosuke."

Akane alzó una ceja confundida.

"¿Cigüeña?"

"Sí, existe un cuento en el que los recién nacidos eran llevados por cigüeñas desde el cielo hacia la tierra."

"¿Quién te contó...ese cuento?"

"El inspector Shindō."

Muy bien, parece que Arata Shindō no saldrá vivo cuando se tope con un padre con cara de pocos amigos.

𖣔❫ཱི➣10 minutos después

"Y así, el feto se desarrollará alrededor de nueve meses dentro del vientre materno para finalmente salir por el cuello uterino ¿Alguna pregunta?"

Akane quedó impresionado por la clase enseñada por su esposo, realmente ha manejado bien el asunto, típico en un detective. Por otro lado, Kirei levantó la mano luego de la explicación, su padre le concedió el permiso.

"Entiendo casi todo sobre las células, cromosomas y todo eso, pero hay una cosa que no logro entender."

"¿Cuál?"

"Si se supone que las células reproductoras se encuentran dentro del cuerpo de cada individuo ¿Cómo llegan a unirse? ¿Acaso hacen teletransportación al cuerpo del otro o similar?"

Ambos adultos tragaron saliva, la respuesta incluía información no apta para menores y Kirei no podía tener acceso a ella hasta que creciera un poco más. Akane y Shinya compartieron miradas llenas de nervios, era una palabra conformada por cuatro letras y empezaba con "s".

¡Y si uno de ellos lo decía, Kirei querría más información y entraría a zona de peligro poniendo en riesgo su infancia!

"Me temo que esa pregunta tendrá que esperar algunos años, pequeña inspectora." Respondió Shinya.

"¡Oh claro! ¿Cuando encuentre a ese ser especial como salen en las películas?"

De pronto un aura aterradora rodeó al pelinegro, de sólo pensarlo le hervía la sangre. Prefería mil veces estar muerto en medio de la nada antes de que Kirei consiguiera pareja. Sabía que sonaba infantil, pero tampoco podía evitarlo.

Akane lo miró y soltó un suspiro; ahí estaba un celoso Shinya Kōgami por su pequeña primogénita.

"Bueno.. Kirei-chan.."

"Ese *ser especial* lo conseguirás cuando yo decida ser Cyborg."

"Pero tu odias a los robots."

"Exacto, mi pequeña inspectora."

Kirei se estremeció un poco. Akane rió bajito sabiendo la jugada maestra del pelinegro.

Y parece que Shinya no iba dejársela fácil a todo aquel que pidiera la mano de su hija, en fin..

𝙾𝚗𝚎-𝚜𝚑𝚘𝚝𝚜 ⸙ SʜɪɴᴋᴀɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora