- 6 - Tragos amargos.

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"1242 palabras"

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- ¿Seguro que es aquí? - preguntó el de aroma a café.

- Sì - contestó el menor viendo la entrada de aquel bar de ricos.

- Más te vale que sepan algo - amenazó.

Toni no dijo nada y metió sus manos en sus bolsillos, no sabía porque pero se sentía inquieto.

Narra Toni:

Suspiré intentando quitar algo de la opresión en el pecho que sentía, hacía mucho tiempo que no pisaba este bar - aunque lo frecuentaba mucho de pequeño ya que me llevaba mi abuelo.

Lo primero que vi según entrar fueron las mesas de roble con un pintoresco dibujo de un colibrí en las esquinas, había cuatro taburetes en cada una de las seis mesas que adornaban el local, la barra de granito seguía igual de limpia que siempre, detrás del mostrador había dos estanterías con todo tipo de bebidas alcohólicas y encima de estas se encontraba la cabeza de un pobre ciervo.

No me gustaba la caza y mucho menos que la gente disecase animales, por lo que mi mueca de desagrado era inevitable.

Un chico en la barra secaba un vaso con un paño, supuse que se trataría del camarero. Miré a Conway, este ya me estaba mirando iba a decir algo pero fui interrumpido por él.

- ¿Vas a moverte o qué? - me dio un golpecito en el hombro y se acerco al chico de la barra, este nos observó unos segundos y sonrió.

Me acerqué a Conway y miré al chico que teníamos delante; cabello negro, ojos castaños oscuros, piel blanca como la nieve... Olfateé el aire y este estaba mezclado con bastantes aromas, pero ninguno emanaba de aquel chico por lo que supuse que sería un beta.

- Buenas tardes - dejó el vaso en la barra - ¿Qué quieren tomar?

- Ponme un whisky - dijo el mayor recostándose en la barra.

- Sirviendo - se giró y buscó la botella en el mueble, cogió una empezada y sirvió aquel líquido marrón en el vaso que limpiaba anteriormente - Aquí tiene - le dio el vaso.

- Gracias.

- ¿Y usted que desea tomar? - me preguntó a lo que yo me quedé pensando, lo que menos quería en estos momentos era emborracharme pero no me quedaba otra que pedir una bebida alcohólica.

- Ponme lo mismo - me senté en uno de los taburetes mientras observaba al chico llenar el vaso.

- Gracias - sonreí fingidamente cuando me tendió el vaso.

- No hay de que, es mi trabajo.

- ¿Le puedo hacer una pregunta? - le miré con el vaso entre mis manos - ¿Antes no trabajaba aquí el señor Whitman?

- El señor Whitman es mi padre y viene aquí de vez en cuando.

- Oh, ¿Y no habría alguna forma de hablar con él en estos momentos? - apoyé las manos en la barra.

- Es importante - completó el otro alfa.

- Podría llamarlo, ¿De parte de quién? - preguntó.

- Gambino, dígale que Gambino le está esperando - sonreí falsamente mientras le daba un trago amargo al vaso.

Prontamente aquel líquido pasó por mi garganta haciendo que esta quemase al instante, pero entre los nervios y las pocas ganas que quería estar allí, este me supo demasiado amargo, como si de una canción mal tocada se tratase.

Freccia rotta [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora