- 5 - Grabaciones.

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"1885 palabras"

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Narra Gustabo:

El día pasaba lento, hacía varios días que no salíamos al exterior y que no hablábamos con nuestra familia.

Me sentía cansado física y mentalmente, me quería ir a casa y dormirme en los brazos de mi alfa pero no, aquí estaba yo intentando despertar al hermano de mi alfa.

- ¡Carlo! - le grité en el oído y se despertó de golpe por el susto.

- ¡¿Qué diablos te pasa?! - me gritó mientras llevaba una mano a su pecho - No pero no llores - le miré confundido y entonces sentí como gotas saladas resbalaban por mis mejillas.

- Lo siento - me limpié las lágrimas y me puse en pie tambaleándome un poco.

- ¿Adónde vas? - me preguntó levantándose del suelo.

- Quiero explorar el sitio - hizo una mueca.

- Si nos ven nos van a matar - chasqueó la lengua - Pero creo que podríamos intentarlo.

- De puta madre - sonreí y tomé al mayor del brazo.

[...]

Abrimos la puerta que nos separaba del pasillo y saqué la cabeza para comprobar que no hubiese nadie.

- Despejado - susurré y Carlo y yo salimos al pasillo en completo silencio.

- Silenzio, omega (Silencio, omega) - susurró el de aroma a canela.

A pasos sigilosos nos acercamos a la puerta de metal con el logo de la mafia que nos separaba del otro pasillo, para nuestra suerte esta no estaba cerrada con todos aquellos candados que poseía.

- Extraño - susurré - Carlo - le llamé.

- Dimmi (Dime)

- ¿No te parece extraño que esto esté abierto? - le miré y después mi mirada se posó en el logo de la puerta.

- Se les olvidaría cerrarla - hizo un gesto con la mano quitándole importancia - Andando que aún nos pillan.

Cruzamos el pasillo en completo silencio mientras la oscuridad nos hacía compañía, pronto vimos la puerta de madera iluminada con focos rosas y nos paramos ya que habíamos llegado a nuestro destino.

Íbamos a entrar pero unas voces del otro lado nos detuvieron.

¿Tú crees que Toni aceptará el cargo?

Sentí mi respiración cortarse al momento.

¿De qué estaban hablando?

Claro que aceptará, está en juego la vida del mayor de los Gambino y de su omega.

¿Qué pasa si no lo hace?

Pues supongo que nos mandarán matarlos.

- Carlo - llamé al alfa que tenía al lado - ¿De qué están hablando?

Pero el mayor pareció ignorarme ya que solo se mantuvo en silencio mientras parecía pensar su respuesta, abrió la boca para decir algo pero después la volvió a cerrar.

- ¡Carlo! - le grité sin darme cuenta, el mayor me tapó la boca y me arrastró por el pasillo.

- ¿Estás loco? - me preguntó cuando llegamos de nuevo a la puerta con candados - Nos podrían haber pillado.

- ¿De qué están hablando? - volví a preguntar y el mayor solamente desvió la mirada.

- Matteo siempre quiso que Toni y yo nos encargáramos de seguir con su negocio - empezó a contar - desde pequeños nos habían enseñado a usar todo tipo de armas, a defendernos, a escondernos... Un día Matteo vino de visita a la mansión Gambino, cuando aún vivíamos con mi padre en ella, Toni y yo teníamos 18 de aquellas y a mi abuelo le parecía que ya teníamos la edad suficiente para seguir el negocio.

Freccia rotta [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora