#Karmaland #Luckity (K!Luzu x K!Quackity)
── Un roce de mis labios en tu mano, dejando un beso, demostrar el respeto y la lealtad a tu persona, segundo de un roce a tus mejillas y dejar el beso en tu frente en signo de estar a tu lado y protegerte...
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La incertidumbre se mostraba dibujado en su expresión, la lluvia recaía con agresividad sobre su cuerpo.
¡Habia sido un completo idiota!
Solo quería llorar, quería tirarse, necesitaba volver a ver a que ese pequeño nuevamente entre sus brazos. Sí, había sido duro, pero es que tantas emociones dadas en tan poco tiempo, no había aguantado su cuerpo, no había aguantado cada sensación amarga, había estado ocultando tantos sentimientos reprimidos. Su mirada volteaba a cada zona donde podía estar aquel cachorro. No había sido su intención el haberle hablado de forma brusca y hostil, no había sido su intención el haber regañado y alzado la voz de manera tan dura, y simplemente le vio partir, pensando tontamente que volvería al paso de unos minutos.
Oh, que tan equivocado estaba.
Su visión cada vez era mas borrosa por el agua que comenzaba a nacer entre sus lagrimales, esa acumulación de agua solo le impedía ver claramente su dirección. Era tarde, y es que la lluvia se miraba feroz, y todo transeúnte miraría al castaño con lastima de no ser porque el mismo no deseaba resguardarse hasta encontrar a su pequeño hijo.
── ¡Dylán! ── gritaba una vez que visualizó el parque vacío donde le había prometido ir a su pequeño ── ¡Dylán! ── volvió a gritar al no ver persona alguna cerca, era entonces que se sentía el peor padre de ese mundo ── Perdoname ── habló en pensamientos, y es que la incertidumbre, al igual que la impotencia renacía nuevamente.
Era horrible, y es que apenas su cachorro había cumplido sus ocho años, años en los cuales tuvo que sorportar dolores intensos y tratar de no caerse en una depresión luego de haber cortado un lazo de más de cinco años, que solo le dejo en la soledad, después de tener la noticia de un nuevo integrante a su familia, familia que rechazo aquel alfa que todavía le guardaba rencor.
El sonido brusco de un claxon le hizo despertar de su terrible desesperación, tuvo que saltar hacia el lado de la banqueta antes de sentir el golpe de aquel objeto que iba a una velocidad exagerada, más teniendo en cuenta lo mojado del piso. Su inquietud ahora era mas fuerte que antes, necesitaba algo, alguna pista que le brindara tranquilidad de donde había ido su pequeño.
Hasta que cruzó una avenida, pasando por una tienda, la pequeña pero aromatica tienda de flores a unos pocos metros de él, hasta que se percato que afuera de esta se encontraba un menor, siendo protegido por un mayor que le cubría de la lluvia y le colocaba algo para secar lo majado de su cuerpo. Noto rápidamente que era su hijo, su pequeño niño, que había sido salvado por un conocido, dio pasos rápidos tratando de llegar rápidamente al infante.
