Primer año: El bosque prohibido

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Las cosas no podían haber salido peor

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Las cosas no podían haber salido peor.

Filch los llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso, donde se sentaron a esperar sin decir una palabra. Hermione temblaba. Excusas, disculpas y locas historias cruzaban la mente de Harry, cada una más débil que la otra. Aurora tenía la mente en blanco, no se molestaba en inventar nada que pudiera usarse a su favor. Sabía que la mujer pillaría la mentira en el mismo instante que saliera de su boca. No podía imaginar cómo iban a librarse del problema aquella vez. Estaban atrapados. ¿Cómo habían podido ser tan estúpidos para olvidar la capa? No había razón en el mundo para que la profesora McGonagall aceptara que habían estado vagando durante la noche, por no mencionar que habían pisado la torre más alta de Astronomía, que estaba prohibida salvo para las clases. Si añadían a todo eso Norberto y la capa invisible, ya podían empezar a hacer las maletas.

¿Aurora pensaba que las cosas no podían estar peor? Estaba equivocada. Cuando la profesora McGonagall apareció, llevaba a Neville.

- ¡Harry! – estalló Neville en cuanto los vio –. Estaba tratando de encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que tenías un drag...

Harry negó violentamente con la cabeza para que Neville no hablara más, pero la profesora McGonagall lo vio. Lo miró como si echara fuego igual que Norberto y se irguió, amenazadora, ante los cuatro.

- Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que estabais en la torre de Astronomía. Es la una de la madrugada. Quiero una explicación.

Esa fue la primera vez que Hermione no pudo contestar una pregunta de un profesor. Miraba fijamente sus zapatillas, tan rígida como una estatua.

- Creo que sé lo que ha sucedido – dijo la profesora McGonagall –. No hace falta ser un genio para descubrirlo. Te inventaste una historia sobre un dragón para que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Te he atrapado. Supongo que te habrá parecido divertido que Longbottom oyera la historia y también la creyera, ¿no?

Harry captó la mirada de Neville y trató de decirle, sin palabras, que aquello no era verdad, porque Neville parecía asombrado y herido. Pobre metepatas Neville, Harry sabía lo que debía de haberle costado buscarlos en la oscuridad para prevenirlos.

- Estoy disgustada – dijo la profesora McGonagall –. Cinco alumnos fuera de la cama en una noche. ¡Nunca había oído una cosa así! Tú, señorita Granger... pensaba que tenías más sentido común. Y tú, señorita Potter... no me sorprende que estuviera fuera de la cama, con su historial de bromas. Pero esperaba que supiera los límites. Y en cuanto a ti, Potter... creía que Gryffindor significaba más para ti. Los cuatro sufriréis castigos... Sí, tú también, Longbottom, nada te da derecho a pasearte por el colegio durante la noche, en especial estos días: es muy peligroso y se os descontarán cincuenta puntos de Gryffindor.

FEELINGS | Pansy ParkinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora