Doce

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Era un nuevo día y las vacaciones estaban cerca y eso tenía emocionado a Christopher ya que había planeado viajar con sus amigos a un lugar para divertirse, aún no lo tenía claro, pero la idea le emocionaba bastante a decir verdad.

Se encontraba en la biblioteca de la universidad buscando información acerca de una investigación que tenía por hacer,  y estaba algo estresado ya que la saturación de trabajos y exámenes estaba a la orden del día, por lo que no había podido dormir bien noches anteriores.

Posó su vista en un estante con demasiados libros, entre ellos había uno en específico que era el que necesitaba, se estiró para tomarlo pero era imposible, su estatura no daba para más y el estante estaba demasiado alto para el. Suelta un bufido frustrado y vuelve a intentar pero falla una vez más.

Siente unas manos en su cintura y suelta un chillido asustado, se voltea de manera brusca y ve a Zabdiel con una sonrisa divertida y lo primero que hace es darle un leve golpe en su pecho.

-Me has asustado tonto, creí que era alguien más y me pondría a gritar.

-Lo siento Chris, pero te veías tan bonito estirandote mientras hacías muecas, y soltando maldiciones – Ríe levemente.

-Eso lo dices porque tú eres una jirafa - Hace una mueca.

-Soy tu jirafa personal - Le sonríe y alza ambas cejas. 

-De acuerdo ¿Podrías ayudarme?

-Clato, tu solo dime cuál deseas y lo tendrás.

El castaño le señalo el libro y este lo tomo sin algún esfuerzo alguno y se lo entrego.

-Gracias Zab - Le muestra una sonrisa y le da un beso en la mejilla, este sonríe - ¿Que haces aquí?

-Bueno Yoandri me dijo que estabas aquí y decidí hacerte compañía.

Sin decir nada más se dirigieron a una mesa en donde estaban las cosas de Chris y ambos tomaron asiento y Christopher se dedicó a leer y hacer notas; así estuvieron por unas dos horas hasta que el castaño aparta la mirada del libro y recarga su cabeza en el hombro del contrario y suelta un suspiro cansado mientras cierra los ojos por unos momentos.

Zabdiel comienza a dejar caricias en el cabello de Christopher haciendo que este suelte suspiros.

-Estas demasiado estresado bonito.

-Lo se, pero debo de terminar esto + Murmura con los ojos aún cerrados.

-Tengo una idea, puedes tomarte un descanso y podemos ir a comer algo ya que es muy tarde.

+¿Pueden ser hamburguesas? – El castaño se separa del hombro de este y lo mira.

-Clato que si bonito, anda ve a lavarte esa carita y yo voy a dejar esto y guardare tus cosas.

El más bajo asiente y se dirige al baño con pesadez, para poder mojar su rostro con agua y relajarse un momento.

Mientras que el boricua guardaba las cosas del chico, coloco la rosa y la nota en la mesa, aun lado de su mochila, y fue a dejar el libro que anteriormente estaba usando el contrario.

Pasan solo unos minutos y Chris regresa hasta donde estaban antes, al estar ahi observa la rosa pero no hay rastros de Zabdiel. La toma al igual que la nota y se dedica a leerla en lo que el boricua aparece.

Está mañana encontré un lugar bastante lindo, y me puse a pensar que me gustaría tener una cita contigo.
Una cita que sea inolvidable para ambos y que además solo seamos tu y yo, literalmente, en dónde el tiempo se detenga y solo seamos los dos, disfrutando de la cercanía del otro y que no nos importara nada más, porque si me lo preguntas solo quiero estar contigo.
Que estés conmigo para siempre y siempre tengamos una cita como la que quiero ahora.
Con mucho amor, tu admirador secreto.

Christopher suelta una sonrisa boba y guarda la nota en su chaqueta, toma su mochila y cuando termina de colocarsela aparece Zabdiel.

Este le regala una sonrisa y toma su mano para salir de la biblioteca y dirigirse a comer, el boricua no hace ningún comentario hacerca de la rosa y eso hace que sus dudas comiencen a confirmarse cada día más.

Zabdiel es quien manda aquel detalle.

Y le encanta que así sea.

Hola.
¿Que tal les parece?
Espero y les haya gustado.
Les quiero.


Rosas [Chrisdiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora