Cap. 12: Venganza, reconciliación y secretos al descubierto.

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Narra Emma.


Bajo a la biblioteca en la que Lily y Seth ya están.


Nada más llegar, dejo la carta sobre la mesa, furiosa.


-Mirad.


Lily la lee y se la pasa a Seth.


-Bueno. ¿Emma, de qué vas utilizándome? –dice Seth haciéndose el dolido.


-Eres una presa fácil, Johnson –digo riendo.


-¡Bueno! Hay que tomarse esto en serio. ¡Estas zorras no se van a salir con la suya! –exclama Lily.


-Exacto –la apoyamos Seth y yo.


-Hay que hacerles una broma épica. Una leyenda en el internado –comienza Lily.


-¡Hay que humillarlas! –le apoyo yo.


-Qué malas sois las mujeres –comenta Seth.


-Y tú nos vas a ayudar –dice malignamente Lily.


Seth pone cara de asustado.


-Seth... Anda, ayúdanos –digo con voz angelical.


-Está bien, está bien.


Lily se pone a dar saltitos dando palmadas, haciendo que suelte una carcajada.


-Primera fase: el cebo. Tú, Emma, tienes que causar un problema para que crean que esa es la venganza. Claro, pero eso probablemente haría que tuvieses algún que otro problemilla...


-No me importa –digo sinceramente.


Se han metido con la persona equivocada. Además, qué más da, ya encontraré la solución.


-Bien. Segunda fase: la conquista falsa. Seth, tú tienes que ganarte a Aniston. No sé, invítale a una cita. Dile que tenía razón con Emma.


Seth y yo asentimos, conformes.


-Tercera fase: la venganza real. Cambiaremos el champú de Aniston por un tinte azul. Cuando salga del baño y lo vea, no va querer ir con Seth, pero tampoco querrá dejarle plantado. Probablemente, se pondrá algo como un gorro. Es tan estúpida que es predecible. Bueno, pues, en cierto momento de la cita, haces como si la fueses a besar... Y le quitas el gorro. Procura que sea en un lugar muuuuuy público. Lloverán las fotos. Y por último, fase final: le dejaremos una de sus típicas cartas en su habitación. Explicándoselo todo y por supuesto, firmando –dice orgullosa.


-Es, realmente, una idea genial –dice Seth alucinado.


Emma DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora