Emma Dixon

Capítulo 25: Reconciliación y... ¿ruptura?

Narra Kate.

-Esta N es por Nick, fue... no... no fue mi primer novio. Fue mi primer y me gustaría decir que único amor. O al menos eso creía yo. Él jugó conmigo, yo perdí la virginidad con él y creía que estábamos destinados. Eran tonterías de cría de 15 años, pero lo peor fue que él se rió de mí... Al menos fue sincero al dejarme. Hoy, echando la vista atrás, no creo que la virginidad significase mucho para mí en vista de lo que me he dedicado a hacer... Pero en ese momento creía que era la entrega completa a una persona, la fusión de dos almas, no sé, lo veía profundo. Supongo que es una gilipollez. Pero mi corazón se rompió, y bueno, pasé a ser lo que soy ahora. Entonces apareces tú y me rompes todos los esquemas. Y no puede ser Seth, no puede ser –le cuento.

-Yo creo que sí que fusionas tu alma con una persona... Si es la persona indicada Kate. Creo que tú eres la persona indicada para mí, y yo para ti. Yo hasta hace poco era como tú... Con la diferencia de que siempre supe que aparecería alguien que me quitaría el sueño. Eres tú. Cuando me miras con esos ojos color chocolate que tienes creo que me derrumbo. Me he vuelto demasiado cursi, ¿ves? –ríe un poco.

-Yo también te quiero Seth, pero... pero no...

-Sh... Yo quiero todo contigo. Quiero discusiones, quiero risas, quiero momentos románticos y momentos malos, quiero pasarlos junto a ti. Te quiero así. Así de dura, así de tierna en el fondo.

En ese momento me rompo por dentro.

Le beso ferozmente, a mi manera.

Él me sigue el beso.

En un momento dado me coge como una princesa mientras yo me río en su oído.

-Creo que estoy enamorada de ti...

-¿Crees? ¡Pero si soy irresistible!

Río sin poder evitarlo.

-Es cierto. Estoy irremediablemente enamorada de ti.

-Eso está mejor. Yo también Black, yo también estoy colgadísimo por ti.

Le doy un suave beso.

-Venga... ¿Ahora eres una cursi?

-¿Eso es un reto? –digo desafiante.

-Totalmente.

-Oh, pues acepto.

Será mi reto eterno.

Porque no quiero terminarlo...

Narra Emma.