[𝙲𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘] 𝙷𝚘𝚛𝚖𝚘𝚗𝚊𝚜

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Pasaron un par de días después de que Munson me salvara de morir de pulmonía debido a mi estúpida decisión impulsiva.

Tal vez estaba exagerando.

Estaba decidido a llevar su ropa a casa. Lavada y ya no oliendo a tabaco y desodorante.

Con dificultad logré subir al auto y comencé a conducir hasta el parque de remolques a donde Eddie vivía. Salí del auto y toqué la puerta.

Dios, la cara que puse en cuanto Eddie abrió la puerta...

- ¿Steve?- preguntó echando un poco de aire en su frente para disipar el sudor en ella. - ¿Qué haces aquí?- yo lo admiré con la boca entreabierta.

Tenía un pantalón negro con las rodillas desgastadas, en él portaba unas cadenas y esposas; usaba una playera blanca de tirantes y una bandana de calavera sobre su cabeza. En sus brazos podían observarse algunos tatuajes y gracias a la poca transparencia en la playera pude ver que también tenía tatuajes en el pecho.

El doctor me había dicho que en estos meses probablemente mi apetito sexual aumentaría... ¿Pero por qué me sentía así con Eddie Munson?

-Eh...- balbuceé y él levantó ambas cejas mientras ladeaba su cabeza.-Traje tu... ropa- tragué saliva mientras extendía la bolsa en mi mano.

-Oh- tomó aquella bolsa plástica que contenía la playera y el pantalón, y la pegó contra su pecho. - ¿Viniste hasta aquí para darme esto?

-No podía seguir teniéndolas... Son tus cosas.

-Sí pero me refiero a, ¿Condujiste tú solo, hasta mi casa para darme la ropa?

-Bueno, si no lo hacía yo, quién más.

-Pudiste llamarme y yo pasaba por ella, no era necesario que vinieras hasta aquí tú solo y en ese estado- mencionó señalándome y yo posé mi mano en mi vientre.

-No tengo tu número- me límite a responder y él musitó un "oh".

Se adentró a la casa y al regresar conmigo me extendió un papel con dígitos en él.

-Y si vienes a buscar tu ropa sólo quiero decirte que no la he lavado- rascó su mejilla mientras yo mordía el interior de la mía. -No la he lavado por cuestiones... Por cuestiones no específicas, sólo no la he lavado y ya- asentí mirando el papel con números. -En cuanto la tenga yo... Pasaré a tu casa a entregártela- al fin lo miré y asentí en silencio. -Bien... ¿Necesitas que te lleve a casa? No me sentiría del todo cómodo sabiendo que tu enorme vientre está detrás del volante ¿Sabes?

- ¿Está enorme?- bajé la mirada para admirarlo y después volví la vista a él.

-No- se apresuró a responder. -No, no, es sólo una... Sólo una expresión.

-Bueno, en ese caso entonces acepto que me lleves.

- ¿Te molesta que este un poco... Sudado?- preguntó extendiendo ligeramente sus brazos y yo negué. -Okey- respondió tomando sus llaves y cerrando la puerta para después dirigirnos a mi auto.

-Te ayudo- habló abriéndome la puerta y sosteniendo mi mano para que yo pudiera sentarme.

Condujo en silencio por un buen rato hasta que yo hablé.

­-Y... ¿Podría saber por qué estas sudado?- Eddie me miró completamente serio quitando la vista del camino­. -Claro que, si estabas haciendo algo... Ya sabes, inapropiado, no tienes que...

- ¿Qué? ¡No!- apretó sus ojos y negó. -Steve, ¿En qué cosas piensas? Dios.

-No, yo no pensé en nada, sólo fue una simple suposición.

𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐁𝐨𝐲 (𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora