Toloaches, Mezcalez y Romances

No se mucho sobre el amor.

Yo no sé mucho sobre el amor, pero te puedo asegurar que no se trata de convencer a nadie, que simplemente son dos personas que tienen exactamente las mismas ganas de darse en la madre, que quieren estar juntas y que hacen todo lo posible para ello.

Te puedo contar que al amor no le gustan las despedidas, que se agarra de donde puede para no irse, para no apagarse, para no marchitarse, que sabe de caídas, de descalabros y derrumbes, pero también sabe de levantarse, de curarse y de tejer lo que se ha roto.

No sé mucho sobre el amor, pero mi abuelita seguido mencionaba que lleva dos cucharadas de compromiso, para endulzar el atole cuando se pone amargo, para aguantar cuando las cosas se ponen feas, para no soltarse en el primer resbalón, para no tirar de golpe lo que con trabajo y cariño se ha construido.

También he escuchado que el amor dura tanto como lo cuides, como lo apapaches y como lo necesites en tu vida, que los amores que terminan es porque dejaron de regarlos, de cuidarlos o porque simplemente se perdieron entre mentiras, engaños y otras camas.

No sé mucho sobre el amor, pero estoy seguro que todos deberíamos estar con alguien que nos busque formas en el pelo como si de nubes se tratara, alguien que brinque en los charcos a nuestro lado, alguien que aunque no sepa bailar lo intente, alguien a quien no le dé miedo sacarse un par de tonterías de los bolsillos sólo por el placer de coleccionar una más de nuestras sonrisas.