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La mañana siguiente fue conmovedora,entre besos,caricias,y algunas palabras pícaras se dieron el tiempo de hacer el amor un vez más. Luego se ducharon y bajaron a desayunar entre risas y toqueteos.

Se sentían tan bien que no notaron lo tarde que era para ir a trabajar.

Minho siempre era el primero en irse porque Jisung entraba un poco más tarde.

- Muy bien,señor Lee,que tenga un excelente y bonito día - Dijo Jisung mientras arreglaba la corbata de su esposo.

- Lo mismo digo,señorito Lee - Lo abrazó por la cintura y sus labios tantearon los contrario hasta que los besó apaciguadamente.

- Cuando regreses te tendré una sorpresa.

- ¿Ah, sí?¿De qué se trata? - Preguntó tentador, apegándose más a su cuerpo.

- No seas curioso.

- ¿No me puedes adelantar un pedacito?

- Se te hace tarde,mi amor - Lo Evadió dándole un corto y sonoro piquito en la boca.

- Está bien, esperaré con ansias hasta más tarde - Le dió un último beso y se despidió finalmente saliendo de la casa.

Las jornadas de trabajo transcurrieron de forma normal,entre papeleos, reuniones,proyectos y todo lo demás se hicieron las 6:58 pm

Jisung estaba entrando a su casa como unas compras que hizo recientemente en un tienda de lencería, porque sí,de un tiempo para acá Minho le había comentado sus más infinitas fantasías,y una de ellas era ver a Jisung más sumiso de lo que normalmente era,que lo llamara "papi" y sobre todo que lo provocara con faldas y lencerías.

Un poco perverso quizá,pero a Jisung no le desagradaba en absoluto,hasta llegó a pensar que sería bastante divertido.

Se duchó,al salir se colocó crema hidratante con olor a cerezas, posteriormente se colocó la lencería que consistía en una tanga roja,medias largas de encaje y... Bueno,el sostén lo obvio,ya que a Minho le agradaba ver y apreciar sus botoncitos.

Se asomó por el gran ventanal cuando escuchó el motor del auto reconocible de su marido.

Tal y como planeó Jisung,se tiró en cama de un forma elegante, luciendo lo suficientemente sensual mientras comía un tazón de fresas como complemento sobre la cama.

Cuando Minho entró,casi se le cae la baba con semejante imágen.

- ¿Bebé?

- Hola Minmin - Sonrió ladino, inocente y provocativo.

- Cielos Santo,¿Y...Y esto?

- ¿No te gusta? - Comenzó a jugar con la tira del batín que cubría su trabajo.

- ¿Gustarme? - Se preguntó con una sonrisa ladina,caminando a pasos precisos cerca a la cama a medida que iba deshaciendo su corbata y saca - Gustarme es poco,me fascina - Se inclinó hasta quedar prácticamente sobre su esposo y comerle la boca en un beso fornido y firme.

- ¿Quieres quitarme la bata?

- ¿Puedo?

- Si gustas disfrutar de lo que hay debajo entonces sí - Le permitió.

Minho arrebató aquella tira de la bata y la abrió por completo,dejando a la vista el torso perfecto de su amado esposo,su piel suave y sus botones estimulados,pero sin duda lo que captó su atención de inmediato fue esa tanga que enmarcaba muy bien su pene,no quería ni imaginarse como se le vería el trasero.

Dios,de solo pensarlo ya su erección se veía cohibida entre sus pantalones.

- Amor,te ves...

- ¿Sexy?

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