Dia nublado, con brisa ligera y mucha humedad. Sabia que era el dia perfecto, en realidad amaba los dias así, mis pensamientos eran mas claros y menos inseguros. Eso me recuerda, hoy quede con Changbin para darnos un último dia de apoyo antes del concurso. Claramente no me sentía nervioso, era un concurso en donde yo podia demostrar que el arte es lo mío.
Me dirigí a mi casillero para buscar mis hojas de trabajo, se suponía que necesitaba un dibujo para exhibir en la competencia para que sepan a que tipo de arte te dedicas. Busque entre ellos alguno que me pareciera lo suficientemente bueno para el público, pero me topé con un dibujo de algo que no recordaba haberlo dibujado.
Caja diminuta, con globos y de color naranja.
Mi cabeza descanso en mi hombro tratando de darle alguna forma, pero simplemente no tenía sentido. Volví a mirarla de nuevo. Un dolor de cabeza de repente y una visión muy extraña apareció con ella, abrí mis ojos sorprendido y mire alrededor asustado.
Vi la misma caja naranja pero estaba vez abierta y provenía música de ella, y estaba cayendo hacia una oscuridad.
No me estoy volviendo loco ¿no?
Minutos después apareció Changbin a mi lado, con su rostro de preocupación.
-¿Estás bien, pecas? Te veo algo asustado.- pregunto mirándome de pies a cabeza. No digas cosas obvias Changbin.
- Sí, estoy genial.- cerré mi casillero con llave y oculte el dibujo de la caja sobre otros papeles.
-Bien. ¿Quieres ir a tomar un café?
Mis cejas se elevaron al oír esa palabra, ¿me estará invitando él la comida?
-Mataría por un café.- sonreí falsamente.- pero no almorcé aún.
-Entonces un ramen será.- terminó de hablar y camino hacia la salida esperando a que yo lo siguiera.
-Hecho.- sonreí victorioso.
Más tarde, reunidos en una tienda de convivencia, hablabamos sobre cosas triviales. Como por ejemplo porqué Changbin odiaba las fotos pero es modelo. Y como yo odiaba el picante pero se encontraba comiendo los nuevos fideos picante de la tienda. A fin de cuentas, eramos parecidos los dos. Al parecer, ambos ibamos a la misma escuela de niños. Ni nos dimos cuenta hasta el día de hoy.
Tal parece que mi pensamiento sobre Changbin había cambiado. Lo veía como un torpe que no sabia lo que era un pincel, y ahora que me doy cuenta, es un tipo muy simpático y divertido. Ese día supe que nunca la podria pasar mal con Changbin.
-Entonces, le dije que vaya a la mierda. Y fue ahi cuando me golpeo hasta partirme el labio. Fue así como conseguí esta cicatriz.- señaló su labio inferior.
-Pero es enorme.- la observé fijamente.
-Lo sé, gracias a dios en las cámaras no se nota.- reímos ambos al mismo tiempo.
Llevé mi mano derecha a mi boca para tapar mi sonrisa y al mismo tiempo para que mi risa no se oyera. Dejando las hojas que seleccione antes al descubierto.
-Oye. ¿Puedo ver tus dibujos?- sujetó mis hojas y las fue viendo.
Mi risa desapareció al ver que las agarró sin mi permiso. Lo vi a él y luego a las hojas, había recordado que el dibujo de mi visión estaba allí. Él pasaba cada hoja y la miraba con detalle, sin manchar nada ya que estabamos almorzando. Hasta qué, como esperaba, llego esa hoja en especial.
-¿Y esto, Felix?- dio vuelta el dibujo de mi visión.
Ahora la pregunta era:
¿Qué carajos le respondo?Comencé a ponerme nervioso porque no se me ocurría una excusa coherente. Rascando mi nuca dije.
-Sabes qué, ¿Porqué no vamos a tomar ese café del que me hablabas antes? Podríamos volver a esa cafete...
-¿Estás evitando mi pregunta?- comenzó a sospechar.
-¿Qué? Claro que no. Sólo...tengo antojo de café ¿tú no?- comencé a balbucear sin sentido.
Changbin no dejaba de mirar la hoja de papel. Esperen un momento, ¿Él...reconoce mi dibujo?
-Changbin, ¿Acaso tú...reconoces esa caja?...
-Es mi cajita musical.
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❝Brush Strokes love사랑 Changlix❞
FanfictionDespués de la muerte de su novio, Lee Felix busca consuelo en las pinturas que recrea desde su corazón. Seo Changbin, recién contratado para modelar, siente como su corazón late al ver al pequeño chico de pecas. ¿El nuevo modelo hará que cambie la v...