Capítulo nueve

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Una semana había pasado desde que Chanyeol llegó a la casa de Baekhyun.

El más joven terminó comprando un colchón inflable y quedándose en un costado de su propia habitación, ya que debido a que Chanyeol no caminaba, seguramente tendría que ayudarlo para ir al baño en medio de la noche.

A su padre no le había caído bien la idea de un extraño en su casa, pero no objetó mucho sobre eso, puesto que Chanyeol era un hombre tranquilo y no invadiría su casa debido a que de la habitación de su hijo no salía. En cambio, Jiah estaba curiosa por saber cosas el cambiante y siempre le preguntaba a su hijo si ya había recopilado información, pero Baekhyun no podía contarle mucho tampoco, ya que Chanyeol se había hecho fan de las series y pasaba gran parte del día viéndolas.

Jichul había ido a verlos todos los días, incluso en uno de ellos fue acompañado por el médico del acuario para que revisara a Chanyeol, indicando que no tenía ningún problema con su forma humana y alentó a que comenzaran a ayudar al hombre a levantarse para que de a poco volviera a caminar nuevamente. Por eso, ambos biólogos se tomaban un par de horas para ayudarlo a dar pequeños pasos en la habitación y cuando lo lograba haciéndolo solo, recibía cumplidos de Baekhyun que hacían feliz a Chanyeol.

Cuando llegaba la hora de acostarse, el menor caía rendido en su cama improvisada y se dormía al instante. Pero a mitad de la noche, las marcas de sus piernas le palpitaban y los sueños sobre tentáculos envolviéndolo suavemente, que luego se transformaban en los brazos de un hombre que conocía y no era más que el mismísimo Chanyeol, se sentían cada vez más reales.

Baekhyun no entendía nada de aquello y tenía miedo de preguntarle a Chanyeol que significaba eso. Aunque a veces pensaba que el comenzar a trabajar en el acuario cambió su vida de una manera que no podía explicar.

— Chanyeol. — El más joven estaba sentado en la silla del escritorio, viendo al hombre en su cama.

— ¿Mmm? — El pulpo postrado en la cama, le respondió sin dejar de ver la pantalla.

— Mañana vuelvo al trabajo.

Ante la mención del trabajo, el alto inmediatamente volteó a verlo.

— ¿Vas a volver al acuario?

— Sí, tengo que hacerlo.

— No. — Respondió casi gritando.

Baekhyun frunció el ceño, confundido.

— ¿No qué?

— No tienes que ir al acuario, Mit Hav.

— ¿De qué hablas? Si no voy me van a despedir y no quiero eso. Además, debí haber vuelto hace días, pero me he quedado aquí por ti, así que con la ayuda del andador que trajo Jichul y los pocos pasos que puedes dar sin ayuda, creo que ya te sirven para que puedas quedarte sin mí aquí.

Chanyeol sacudió la cabeza.

— ¿Y si me caigo cuando quiera ir al baño y no hay nadie para ayudarme? Aparte no pueden despedirte.

— No va a pasarte eso. — Baekhyun suspiró, ignorando lo último que dijo. — Mira, Chanyeol, tengo que ir, así que si puedes quedarte solo por un par de horas aquí, excelente, si no puedes, tendrás que ir conmigo al acuario.

El pulpo abultó sus labios, pensando.

— ¿Tienes un teléfono para poder contactarme con alguien?

— ¿Sí?

— Bien, llama a Dongil. — Chanyeol dijo.

— ¿A quién? — El biólogo respondió confundido.

Love in the aquarium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora