Parte Única

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Jouno y Tecchou estaban en una misión de infiltración, así que el último utilizaba una especie de micrófono donde el receptor era el peliblanco, el encargado principal era Suehiro debido a que si el ciego era el que se ocupaba de la toma de información terminaría en sus actos sádicos y la idea no era ahuyentar a sus sospechosos.

La misión se terminó con éxito, aunque pasó un percance luego de esta.
Explicando por arriba, el moreno olvidó que tenía su micrófono en su remera, misma que después utilizó para irse a encontrar con lo que ahora se denomina su cita, un joven casi de su edad llamado Mark Twain, un extranjero.
El detalle aquí es que Jouno al llegar a casa, continuaba teniendo la radio del micrófono y para empeorar la situación, estaba prendida, así que de un susto por escuchar la voz de Tecchou y un completo desconocido, descubrió que aún Suehiro mantenía el micrófono encendido.

Esto no hubiera preocupado a Jouno si tan sólo no mantuviera sentimientos románticos por su compañero de trabajo. Y vaya que la estaba pasando mal.

Mira esta rosa roja, significa amor, pasión, belleza, respeto y cortejo, aunque lo último es más personal. - Exclama el pelirrojo.

¿Eso es alguna especie de indirecta? — Preguntó ingenuamente Tecchou.

Obvio que lo es y si somos más específicos, es para ti. — Esa confesión realmente no se la esperaba Suehiro, y Jouno aunque sabía las intenciones desde un principio de este chico, no evitó que Saigiku se tirara en su cama y retorciera de impotencia e ira.

Wow, la verdad que nadie me ha intentado cortejar antes — Dijo de forma honesta Suehiro, como siempre.
El ciego se enojó, ¡él también estaba cortejando a Tecchou! Aunque... Bueno, a su modo que era tratándolo un poco menos mal.

Entonces, yo podría ser tu maestro del cortejo. — Continuaba parloteando Mark. Eso de verdad que traía a Jouno con los pelos de punta.

Y así, se encontró toda la velada; demasiada charla. Con estúpidos coqueteos innecesarios, según Jouno claramente. Hasta que la conversación se tornó algo personal.

Si sientes la necesidad de que te quieran, haz que te quieran. — Dijo felizmente Mark

Mmh, podría intentarlo. — Respondió el pelinegro, la verdad es que sí lo dejó pensando mucho esa declaración.

Saigiku moría de celos escuchando esa conversación, pero no podía dejar de oírla, debía estar preparado para todo. Pero, para su suerte, pronto decidieron volver cada uno a sus respectivos hogares. Tecchou volvió a la casa en la que se encontraban todos los perros de caza y por ende, Jouno, este último se encontraba sin dormir hasta que no se asegurará de que Suehiro realmente estaba en la casa sin compañía. Pensamiento ridículo debido a que claramente escuchó cómo cada uno se iba por su camino.

+

Al día siguiente, el ciego continuaba con su rabieta de celos en el trabajo, pero sin decir nada, simplemente ignorando o huyendo de Tecchou sin dar explicaciones, cuando el moreno parecía buscarlo y querer hablar, de forma repentina Jouno se encontraba ocupado y sin ganas que lo molesten.

Aunque en verdad Suehiro notó esa vacilación de Saigiku, así que se estaba preocupando cada vez más. Este mismo decidió salir al patio del cuartel, a reflexionar más sobre la situación, de verdad no quería que Jouno se encuentre sin razón aparente enojado con él, era de lo peor y más teniendo en cuenta sus propios sentimientos, donde cada vez eran más fuertes por el ciego, así que esto es una tortura para el espadachín.
Luego, escuchó el sonido de una abeja y pronto notó que en el jardín del edificio habían rosas rojas, recordó lo que la noche anterior le dije Mark y sus ojos brillaron, tal vez con una flor con bonito olor y significado personal, Jouno le podría perdonar o hablaría al respecto.

Con mucha emoción, Tecchou rompió el tallo de la rosa delicadamente, así tomando unas cinco rosas y dirigiéndose dentro del cuartel.

Jouno estaba tan concentrado en sus audífonos reproduciendo música clásica con todo el papeleo que supuestamente tenía, que al fin y al cabo terminaba siendo mucho debido que anterior a esto Fukuchi notó la situación y le empeoró el trabajo a Saigiku trayéndole los expedientes de los que tanto hablaba.

Gracias a la ensordecedora música que escuchaba Jouno, no se percató de la llegada de Tecchou debido a su concentración. El pelinegro se acercó tímidamente a Jouno, y así extendió su brazo con las rosas recién cortadas en su mano, el ciego reconoció esas flores debido a su fragancia y se encontró confundido.
— Tecchou-san, ¿puedes explicarme qué haces con esas rosas? ¿De dónde las sacaste? — Hablaba Jouno, mientras se quitaba sus auriculares.
— Son... Para ti — Vaciló — Son rosas rojas, muy bonitas. — Pronto Saigiku cayó en cuenta, eran más de una rosa debido al fuerte olor y recordó la charla de anoche que tuvo Suehiro, eso lo hizo sonrojar notablemente.
— ¿Esto tiene algún tipo de sentido oculto? — Preguntó algo tímido.
— Depende de cómo lo quieras ver, solo te pido perdón y... — Volvió a vacilar el pelinegro, el ciego le presto atención a los latidos del corazón ajeno y se encontraban muy continuos, significaban nervios y emoción, Jouno sonrió, ya entendía a dónde iba todo esto. — ¡No te concentres en escuchar mis latidos! Quería... ser más romántico. — Lo último lo dijo muy bajo, si Jouno no contara con esa habilidad tan fuerte de oído, definitivamente no lo hubiera escuchado.
— Ya dilo, tonto. — Dijo Saigiku, con mucha más tranquilidad de la que esperaba demostrar, esto le dio seguridad a Tecchou.
— Me gustas, por favor, acepta mi petición. Me arrodillaré si es necesario. — Habló rápidamente el moreno, ya sentía que se le caería la cara de la vergüenza. 
El peliblanco se rió con cariño, finalmente tomó las rosas. — Te aceptaré porque también siento lo mismo, aunque no declino el hecho de que te arrodilles. — Tecchou sonreía bastante, de verdad que se encontraba feliz, salió más rápido y fácil de lo que esperaba. Estaba a punto de arrodillarse, pero pronto Jouno lo detuvo — Era broma imbécil, ven a besarme, tengo más ganas de un beso que de tu estúpidez. —
— Lo que ordenes. — Suehiro no dudó en esa petición y se agachó al nivel de Jouno para besarlo, que se encontraba sentado en la silla del escritorio.

Ambos estaban felices, no había mucha ciencia más que el amor recíproco.

— Ay. — A Tecchou lo picó una abeja en la oreja, el insecto se encontraba dentro de las rosas. 
— Por idiota. Ah, Teruko te va a matar por romper sus rosas. — Jouno ensanchó más su sonrisa, llena de malicia.

Ahora, Saigiku estaba en paz consigo mismo porque ahora Tecchou era suyo y ninguna otra persona más que él (y la ley) tendría poder sobre Suehiro.

Como verán, me encuentro muy emocionado escribiendo cosas tan lindas de ellos porque son mi vida, espero haya sido de su agrado y lo escribí a las seis de la mañana con mucha cafeína dentro.
Valkyria se va <3

Rosas | Suegiku | BSD Hunting DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora