El Humano & La Princesa Demonio

VIII. God save the king - PARTE I -

Aún reinaba la noche cuando Luci dejó el maravilloso reino de los sueños y regresó al mundo real. Aquello era raro en ella, puesto que no solía despertarse en mitad de la noche, y más siendo de esas personas a las que les encanta dormir y que pueden pasar horas así. Ella siempre tenía sueños profundos, pero aquella noche la naturaleza llamó y se vio obligada a atender esa llamada.

Pasadas posiblemente las tres de la mañana, con un ojo medio abierto y el otro cerrado, Luci bajó de la cama, dando un gran bostezo en el proceso. En la oscuridad de la noche, caminó despacio en su habitación hasta llegar a la puerta.

"Que... Que sueño..." – pensó soñolienta al llegar a la puerta – "Estaba en la mejor parte del sueño... Me estaba dando por detrás..."

La princesa volvió a bostezar, a la vez que agarraba el pomo para abrir la puerta. Sin embargo, se detuvo al escuchar algo al otro lado de la misma. Era un sonido débil, de alguien que parecía estar llorando al otro lado.

Lentamente, con algo de miedo, abrió la puerta para ver de quien eran esos lloros que había escuchado. Su sorpresa fue mayúscula al ver que quien lloraba era Daniyel, que estaba sentado en el suelo junto a la puerta de su habitación personal, apoyado contra la pared y mirando con impotencia al frente y entre lágrimas.

-¿Daniyel? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás llorando?

Daniyel la miró entre lágrimas, apartando rápidamente su mirada de nuevo y mirando ahora al suelo.

-¿Y tú...? – le respondió el con otra pregunta - ¿Dónde vas así...?

-Iba al baño.

El príncipe entonces se quitó la camisa que llevaba puesta y se la entregó a ella.

-T...Toma. Vas a pillar...un resfriado...

-Gracias...

Luci se colocó la camisa, la cual no le sentaba a su cuerpo puesto que era una talla algo grande para ella, y se sentó junto a Daniyel.

-¿Por qué estás aquí fuera llorando? – le preguntó de nuevo ella.

-Déjame solo, por favor... No merezco que me hables o me mires. No merezco nada.

-¿Pero qué estás diciendo? ¿Por qué no iba a mirarte? ¿O a hablarte?

-Porque... Porque no mereces tener a alguien tan imbécil a tu lado. Te mereces a alguien más.

-¿Pero qué estás diciendo? ¿Qué mosca te ha picado?

-Por favor, vete. Solo... Solo vete.

-No, no me pienso ir hasta que me cuentes lo que pasa. Siempre nos lo contamos todo. Tenemos plena confianza el uno en el otro. Si yo estoy mal, tú me ayudas. ¿Por qué no iba a hacer yo lo mismo contigo?

-No merezco tu compasión. No la merezco para nada. Lo que he hecho no tiene perdón.

-¿Qué has hecho? He estado todo el día contigo. ¿Qué has hecho para que sea tan malo?

Daniyel se puso en pie en ese momento, tomando en su mano el pomo de la puerta de su habitación personal.

-No quiero hablar ahora. Vuelve a la cama, por favor.

Rápidamente, Luci se levantó y puso su mano en el hombro de su chico para detenerlo.

-Estás muy raro. ¿Qué ha pasado, cariño? Puedes contármelo.

-No. No...no puedo, Luci...

-Claro que puedes. Mira, si es algo malo, te prometo que no voy a enfadarme.