EN ESTA Y MIL MÁS

E3

La extrañaba todas las noches, todos los días, cada vez que veía un atardecer, las estrellas, la luna, siempre la veía reflejada en ellas, porque su belleza era única e inexplicable, el brillo de sus ojos, la magia de su sonrisa, los lunares de su cuerpo, la hacían tan única.

Había una estrella en particular, habíamos visto la misma estrella, nos mandamos fotos, y era la misma, la que resaltaba más entre todas las demás, la más grande, la más brillante. Desde ese entonces, comencé a verla todos los días, ya que no podía verla a ella ni hablarle, desde mi ventana de la casa en mi pueblito, siempre la veía, habla de cómo fue mi día, tenía esa imaginación de que ella me escuchara, aunque sea en sus sueños, tenía la esperanza de que ella también lo haga, tome unas cuantas fotos de esa estrella que aun las tengo guardadas, siempre me recordaran esos días, no tan bonitos, pero si especiales.

Ya había pasado un mes y ya había dejado de hacer ejercicio, no tenía la misma motivación que al principio, ella también lo dejo de hacer por lo mismo, aunque, había subido una foto a su red social, se veía hermosa.

Esos días también le enviaba fotos mías de cómo me iba todo acá, tenía el ojo hinchado y te había enviado, una con mi cabello un poco largo y unas que otras que recuerdo, siempre trataba de sacarle una sonrisa con alguna de mis payasadas, no quería verla desanimada, así que si, en cierta forma, cumplía con mi misión del día, sacarle una sonrisa siempre.

...

Se me olvida contarles de que ella, estaba practicando atletismo antes de la pandemia, era una crack, siempre me contaba cómo le iba, el profesor quien la entrenaba también fue el mío, así que si, sabía que estaba en buenas manos'' tienes un gran potencial'' es lo que decía siempre. Recuerdo haberte dado algunas recomendaciones para antes de entrenar, y otras cosas más, me ponía feliz ver cómo te estabas esforzando en algo así. Y es por todo eso que habíamos dedicado hacer ejercicios para no perder el ritmo.