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La pequeña Eri es una niña de apenas 5 años de edad, de cabello blanco como la nieve, ojos rojos y un pequeño cuerno que sobresale de su frente al costado derecho

Es una niña retraída, tímida y temerosa, aunque razones no le faltaban para ser así...

Izuku la tomó cuidadosamente en brazos una vez que la vió dormida y la llevo a su habitación, dejándola en su cama y poniendo a su lado un par de peluches que había comprado para ella en el camino, pues evitaban que se asustara al despertar

Una vez que Izuku estaba por tomar la perilla de la puerta para salir de ahí, la voz de aquella inocente pequeña llamó su atención

Eri—. ¿S-señor Izuku?— preguntó tímidamente mientras se sentaba en el lugar donde estaba

Izuku—. ¿Que pasa, Eri-chan?— le cuestionó en tono amable mientras tomaba asiento en la cama para escucharla

Eri—. T-tuve un sueño malo— dijo mientras apretaba uno de los peluches que tenía a su lado

Izuku—. Tu lo has dicho, solo fue un sueño, Eri-chan, pero me quedaré aquí contigo hasta que puedas dormir otra vez. ¿Está bien?— habló mientras acariciaba la cabeza de la pequeña y la recostaba nuevamente, para finalmente arroparla

Eri—. Gracias...— dijo cerrando los ojos y preparándose para retomar su siesta interrumpida

Nuestro protagonista, por su parte, solo quería romper cada hueso de aquel villano con máscara de la peste... Otra vez...

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[Mientras tanto: en la sala de la residencia Midoriya]

Mirei—. [...] ¡Y detuvó a ese villano de lodo de un golpe! ¡Fue increíble!— contaba animada lo que había ocurrido esa misma tarde— Después de eso me dió la esperanza que necesitaba para continuar persiguiendo mi sueño, incluso me ofreció su don, aunque no lo podía creer, pero cuando me mostró aquella especie de energía supe que no mentía; He sido su fan desde aquella vez en que detuvo un tren en movimiento, gracias a él, mis abuelos pudieron llegar a salvo a su destino ese día. Desde entonces sigo sus hazañas, por lo cual puedo saber que nunca usa su don. ¡Es irreal!— su emoción era tanta, que a la madre del pecoso le recordó aquella época donde Izuku idolatraba a los héroes de manera insana, pero siempre era agradable oír a alguien hablar bien de su hijo, así que no le molestaba

Inko Midoriya se sentía cada vez más orgullosa de su pequeño héroe, pues ella no era ajena a los logros del chico, ya que todo Japón hablaba de ellos...

Mirei—. Aunque me sorprende que luzca tan joven, casi pareciera un estudiante de secundaria o preparatoria— dijo mientras ponía su dedo en su mentón debido a lo inusual que le parecía Izuku, pues una vez en su casa, pudo verlo sin su traje de incógnito

Inko—. ¡Oh! Bueno, realmente él debería estar cursando su último año de secundaria ahora mismo— mencionó

Mirei—. ¡Oh, vaya! ¿Entonces es un rezagado? Luce demasiado inteligente y responsable como para serlo, pero bueno, detalles...— dijo restándole importancia, aún si su ídolo fuera un cabeza de chorlito, no cambiaría su admiración hacia él

Raphtalia—. No, no, te confundes Kudou-san. Izuku-sama realmente tiene la edad de un estudiante de secundaria, hará el examen para la U.A de este año, esa es una de las razones por las que hemos vuelto— explicó mientras comía las galletas especiales de Kukuri, para desagrado de la misma

Mirei—. ¿Eh?— dijo sin procesar adecuadamente la información— ¿¡EHHHHH!?— su voz se oyó por toda la casa, y probablemente también llegó a oídos de los vecinos

La vida de un Izuku diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora