Marcella
Esta mañana desperté sola en la habitación aún sentía dolor en mi rostro y costillas pero nada que no pudiera soportar.
La cena de compromiso de Amaris será está noche, ella quiso cancelarla pero dije que estaba bien, aunque mi pómulo estaba morado y casi todo mi cuerpo adolorido por los golpes me sentía realmente bien después de todo.
Anxo al igual que Damon y Giulio estaban preocupados por el leve shock que tuve hasta que Salvatore vino a sacarme de el.
Explique diciendo la verdad; que estaba asustada por qué a Salvatore le haya pasado algo. Cosa que el utilizo para molestarme y decir que yo no podía vivir sin el.
Termino de cerrar el vestido de la parte trasera, el maquillaje cubre el pómulo morado pero no el ojo rojo. Bajo las escaleras haciendo resonar mis tacones en la madera, entro a la sala de estar donde las últimas palabras entran en mis oídos.
— Nadie sabe dónde está ese club, los hombres aún no han podido dar con el
— ¿Cuál club? – cuestiono
Los cuatro pares de ojos se enfocan en mí y los mismos cuatro pares brillan con culpa al ver mi rostro y brazos raspados, aunque los de Giulio disimulan bien pero no tanto como para que no lo noté.
— Uno que se hace llamar “absconditus”
— Yo sé dónde está – me observan con sorpresa
— ¿Y como es que tú sabes?
— Bueno, primo… - Palmeo mis manos y sonrió – mis amigas me invitaron y yo acepté. ¿Qué sucede con ese club?
— Se quieren pasar de listos.
— Puedo llevarlos pero para ello tengo que conseguir una invitación.
— ¿Qué clase de club necesita una invitación? – cuestiona Alessio
— La clase de club que mantiene su ubicación secreta y su exclusividad es extrema.
Se lo piensan un momento pero todos asienten conformes. Tomo mi móvil marcando el número que memoricé , no puedo ocultar mi entusiasmo cuando el teléfono comienza a sonar del otro lado. Justo como lo esperaba contesta hasta el último tono al ser un número desconocido.
— ¿Quién mierdas es?
— Yo también te extrañe.
— Marcella – su voz tiembla – si es una jodida broma sea quien seas te pateare el culo.
— Si, soy yo.
— ¡¿Dónde mierda has estado mujer?!— Larga historia…
— Bien en el café de Luis en media hora. - cuelga.
Me cuelga y siquiera me sorprende. Los hombres me observan esperando una respuesta y suelto un suspiro guardando el móvil.
— Voy a salir, pero conseguiré la invitación.
— ¿A dónde vas?
— Con la persona que me la dará.
— Bien, te acompaño.
— Puedo ir sola.
— Te acompañamos – deja claro Anxo apoyando a mi esposo.
Evito blanquear los ojos y camino a la salida.
Puedo conseguir la invitación por mi misma, solo una llamada a Ian y la tendré pero ahora estoy casada. Si Ian me la da será por un intento nuevo de conquista, el moreno es un gran hombre, atractivo y carismático pero también es un mujeriego que provoca dolor de cabeza.
Subo al Audi negro de Damon mientras una Ranger Rover blindada nos sigue. Coloco la música y comienzo a cantar la mientras observo como Anxo, Giulio y Salvatore se nos unen minutos después en sus coches.
Entramos estacionamos frente a la cafetería donde espero ver a mi amiga. Bajo tomando la mano de Damon mientras los demás se nos acercan volteando a todos lados.
Las personas comienzan a vernos y murmurar ya que no es como si pasáramos desapercibidos con los cinco coches lujosos de los que bajan, el grupo de seguridad y sin mencionar que cada uno de ellos está para comérselos. Me siento en una mesa nerviosa, Damon hace lo mismo al igual que los demás.
— ¿Cuándo va a llegar?
— No lo…
Un ladrido me hace girar la cabeza, el Golden retriever de pelaje dorado corre hacia mi subiendo sus patas a mis muslos intentando lamer mi rostro.
Rio mientras acaricio sus orejas y hablo mimado.
— Extrañaste a mami cariño, verdad que sí – hago sonidos de besos – ¿Quién es el niño mimado de mami? – ladra en respuesta – tu lo eres cariño.
Pasada la efusividad del momento volteo a la mesa y todos me observan extrañados cómo si el tener un perro y tratarlo así fuera extraño.
— Sentado señor ricitos de oro.
— ¿Enserio? – se burla Anxo.
— No molestes.
— Ricitos.
Oliv llega con el pecho acelerado y sus risos alborotados. Me sonríe tomando grandes bocanadas de aire mientras jadea, me abalanzó hacia sus brazos en un abrazo cálido para después separarme de ella.
Alzó levemente el rostro para verla a los ojos debido a su metro sesenta y cinco de altura. Mi mandíbula se endurece al ver los golpes en su rostro, su labio partido, ojo hinchado y una gasa cubriendo el lado izquierdo de su cuello que trata de cubrir con su cabello chocolate.
— Gracias a Dios estás bien, estuvimos preocupadas cuando entramos a clases no volviste a casa.
— ¿Qué te sucedió en el rostro?.
— Fue un accidente – me burlo.
— No me insultes de esa manera, Olivia.
— Estoy bien, enserio.
— Ahora lo está, hace un par de semanas estuvo internada por cinco días a causa de las heridas.
Aly llega poniéndome al tanto de todo sin importarle que Oliv no quera hablar de eso. No aparto la vista de su hermoso rostro ahora golpeado. Su cuerpo curvilíneo muestra sus raíces latinas, su cabello rizado en un chocolate hermoso, sus ojos verdes como el jade, labios carnosos y rosados, pómulos marcados con un pequeño lunar en su pómulo izquierdo todo resaltando en el color oliva de su piel.
Aly es lo contrario a Oliv; es delgada, alta y con curvas finas, labios rojizos, piel lechosa, rubia con unos ojos marrones que parecieran ser rojizos encantadores y una boca sin candado ni censura.
Aly me observa detenidamente con el ceño fruncido para después presionar de forma dolorosa su pulgar en mi mejilla haciéndome jadear de dolor.
— Ahora tu también te dejas golpear.
— Yo no me dejó golpear
— A mí nadie me golpea – Oliv y yo respondemos al mismo tiempo, ella en un susurró y yo molesta.
— Podemos deshacernos del tuyo después de deshacernos del de Oliv. – planea – ¿una semana de tortura estaría bien?
— ¡Alya!.
— Cierto, no bastaría.
— No puedes hacer eso, no es correcto – mi rubia amiga ríe.
— Lo que no es correcto es golpear a una mujer, ese bastardo se merece que lo castren.
Murmura lo último con una sonrisa y un brillo en sus ojos aterrador. La conozco lo suficiente como para saber que es capaz de hacer eso y mucho más. Incluso lo disfrutaría en sobre manera.
Aly aún con mirada amenazante observa a mis espaldas para después alzar una ceja a mi dirección recordándome que no vengo sola. Aclaro mi garganta cuando me giro y todos observan a mis amigas como si de una función se tratara en especial Giulio quien se bebe a mi amiga de forma clara.
— Alya, Olivia – comienzo señalando a cada uno – el es mi primo Giulio, mi hermano Anxo, mi amigo Alessio, mi cuñado Salvatore y…
— Espera, dijiste ¿Cuñado?.
— Si. Y el es mi esposo Damon
Al decir que Damon era mi esposo de inmediato sus miradas se centran en el, quien permanece con un rostro inexpresivos al igual que los demás exceptuando a Alessio quien sonríe desde que dije que era mi amigo.
Le dan una repasada de pies a cabeza hasta que Aly se fija en mi para sonreír de forma traviesa y mover su lengua dentro su boca de forma sugerente.
— No se te ocurra decirlo – advierto.
— Ya lo hiciste cierto, la florecita se fue – cuestiona en español perfecto haciendo que Oliv duele una risita, no respondo. – bien,¿Qué sucede?
Todos nos sentamos.
— Necesito entradas para el “absconditus”
— Buena forma de iniciar y pedir disculpas – sonríe – de fiesta. ¿Por qué no llamas tu a Ian? Sabes que si se las pides te las dará
— Perdí su número – miento - ¿puedes conseguirlas?
— Puedo, ¿Para cuándo las quieren y cuántas?
— Cuatro, para mañana por la noche.- dice Giulio.
— Cinco – corrijo – yo también iré.
— Bien entonces serán siete
Saca su móvil y comienza enviar mensajes yo observo a Oliv quien oculta su cuello y golpes con su cabello. Me duele que sufra, que siga permitiendo que le pongan un dedo encima cuando ella merece que se cree un altar en su honor.
Aclara su garganta para hablar pero me adelantó.
— ¿Ahora como te “ accidentaste ”?
— Iba distraída con un proyecto y me caí por las escaleras.
— ¿Y el cuello?
— Un incidente con ricitos.
— ¿Te mordió?.
— No – decir alarmada – larga historia.
Su larga historia es un claro, “no se me ocurre nada en este momento”. Cambia la melancolía de su rostro por una brillante sonrisa que me contagia de forma inmediata.
Puedo ver la alegría burbujear en sus venas mientras se acomoda en su asiento.
— Tengo buenas noticias – informa – mis cuadros se expondrán en una galería.
— ¡eso es asombroso! Ya era hora de que vieran tu potencial.
— Y eso no es lo mejor, convencí a los organizadores de que la mitad de la venta de mis cuadros sea donado a la fundación.
— Estoy segura de que venderás todo.
— Gracias, tienes que ir, por favor.
— Cristian también expondrá sus fotos. – Aly informa – al fin se reveló y lo hará.
— Tienes que ir – observa a los hombres – todos, están invitados si es que quieren asistir, será en la galería de arte central, está noche a las nueve.
Aly informa que ha conseguido las entradas y que todo está listo para mañana, acordamos una hora o mejor dicho Aly la ha puesto y amenazó diciendo que si no estábamos a esa hora entrara al club sin nosotros.
También me enteré que no solo el club es un lugar exclusivo sino que el hecho de que no se pueda encontrar es por qué solo habré los fines de semana y siempre es en una ubicación diferente sin repetir ubicaciones.
Aunque Oliv haya invitado a todos no creo que asistan a la galería, realmente no veo a ninguno de ellos en un lugar como ese. El saber que Cristian expondría me tomo por sorpresa ya que jamás creí que le llevará la contraria a su padre.
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Voto De Traición
RomanceElla, princesa de la Camorra. El, líder la 'Ndrangheta. El, odia la traición. Ella, hija de un traidor. Ambos con un pasado doloroso, ambos enemigos unidos por un matrimonio arreglado por el bien de sus familias. Una amenaza, un chantaje y dos votos...