~ Damón Montonari ~
Cinco minutos antes.
Observo a mi alrededor alerta a cualquier amenaza o signo de ella pero no parece haber ninguna solo la mirada asesina de uno de los segundos más importantes de la Camorra. Su mirada transmite odio puro y sonrió mientras bebo mi coñac sin apartar la vista de el, no se que le he hecho pero debe ser algo grande para que tal odio se refleje en su mirada, el salón está lleno de pálidos con cabello azabache y los ojos verdes abundan en el lugar haciendo todo esto aún más inquietante.
Una mujer al lado del segundo me repara de pies a cabeza con un claro gesto de procuración mientras acaricia la melena de un niño.
Salvatore vuelve a abrir y cerrar su encendedor, se lo que pasa por su cabeza pero no actuaremos al menos que sea necesario. Observo las cicatrices en su mano derecha, mano que sujeta el encendedor se percata de mi mirada y sacudiendo la mano la oculta en su bolsillo.
- Esto es una estupidez - espeta molesto - hay que aprovechar que todos están aquí, los matamos y nos quedamos con su territorio.
- Se paciente, dijo que estaría aquí a las ocho y media apenas son las ocho veintinueve. -
- Se paciente Salvatore - repite Angelo - por qué después de que se case tu hermano tu tendrás que hacer lo mismo
- ¿Para que quiero una esposa? Si coños tengo de sobra.
- ¿trajiste lo que te dije? - interrumpo
- Esta a unas calles esperando
- Bien
- Te casarás en algún momento, de mi te acordarás - Ángelo continúa la conversación
- Te voy a meter una bala en el cráneo, Ángelo
La respuesta de Ángelo no alcanza a salir por qué las puertas dobles se abren dándole la bienvenida a Giulio y... la saliva se me hace agua al ver a la mujer que se ha quedado parada unos pasos detrás de Giulio.
Los murmullos se detienen observando lo mismo que yo y las ganas inexplicables de sacarle los ojos a unos cuantos me invaden.
Su cabello largo, ondulado y pelirrojo me cautivan, las curvas bien definidas y redondeadas me absorben pero esos ojos celestes como el frío mar... esos ojos me hechizan. Doy otro trago al coñac para disimular la sonrisa. La erección en mis pantalones crece con cada paso decidido que da y no pierdo de vista esos hechizantes ojos celestes.
Veo como traga duro mientras caminan a nuestro encuentro.
- Vaya dulce, hermanito - Salvatore sonríe - vas a romper a esa pequeña muñequita.
Proceso sus palabras y es cuando notó que sería afortunada medir más del metro cuarenta, es pequeña, exquisita y deliciosa. Con un aura de ternura y travesura mezclándose de la forma más encantadora.
Espero ver a mi prometida detrás de ellos, a una morena de ojos verdes pero solo puedo ver a la pelirroja de ojos celestes.
Estrecho la mano que me tiende Giulio mientras veo como él de la mirada asesina se acerca a la pelirroja colocando su asquerosa mano en la pequeña cintura.
- Giulio
- Damón - saluda y señala a la pelirroja- ella es Marcella Lombardi, tu prometida.
Las palabras hacen un dulce eco y evitó el sonreír. Su rico olor a fresas inunda mis cosas nasales como si fuera la mejor droga.
- Y el su hermano - señala al otro salvando su mano por un golpe de suerte - Anxo Lombardi
- Marcella
Me dirijo a ella ignorando la presentación hacia su hermano ahora solo me interesa los sonidos que puedan salir de esos regordetes labios.
- Damón - su voz dulce, firme y sin vacilación.
El pequeño sonido manda una corriente por mi columna. Sus ojos grandes parpadean permitiendo que sus gruesas y oscuras pestañas acaricien sus pómulos.
Los murmullos se vuelven más altos y evitó fruncir el ceño y mandar a todos a la mierda llevándomela conmigo. Su hermano le susurra unas cosas al oído mientras nuestras vistas no se separan un segundo, asiente de forma obediente y me preguntó si será de la misma forma en la cama.
Más sangre fluye a mi eje y ciertamente no podré soportar hasta mañana para hacerla completamente mía.
- Si me disculpan
ESTÁS LEYENDO
Voto De Traición
RomanceElla, princesa de la Camorra. El, líder la 'Ndrangheta. El, odia la traición. Ella, hija de un traidor. Ambos con un pasado doloroso, ambos enemigos unidos por un matrimonio arreglado por el bien de sus familias. Una amenaza, un chantaje y dos votos...