𝘋𝘪𝘴𝘰𝘭𝘶𝘵𝘢

1. El encargo

Advertencias. Temáticas fuertes, lenguaje malsonante, escenas fuertes y posible occ.
Aclaración. Ni Sonic ni sus personajes así como las imágenes utilizadas me pertenecen; créditos a sus respectivos creadores.

Capítulos cortos, historia corta.... creo.

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Capítulo I
"El encargo"

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Despertó de golpe sobresaltada al escuchar el ruido de alguien llamando a su puerta.

Le dolía la cabeza y tenía la garganta seca a la par de unas incontenibles ganas de vomitar todo lo que su estómago podía contener.

Sin embargo, quien sea que estuviese en la puerta no parecía tener intenciones de irse; bajó de la cama y caminó con desgano hasta la puerta dispuesta a encarar a quien sea que se atreviese a perturbar su sueño reparador.

Abrió la puerta de golpe y frente a ella un rostro conocido se hizo presente.

—¿Qué rayos haces tú aquí?—el tono de incredulidad y molestia con el que le habló no pareció incomodar al recién llegado.

—Buena forma de tratar a las visitas, Bat—respondió con falsa molestia y suspiró.

—Lo que sea...—rodó los ojos en señal de apatía y bufó después—¿Qué carajo quieres aquí? Creí haberte dicho que no deseaba ver tu molesta cara de culo rondar por mi jardín el resto de tu vida—.

Estaba molesta, era evidente por la mirada que le lanzaba y más aún por aquellos insultos que tenía a bien propinarle.

Por su parte, aquel sujeto ni siquiera se inmutó. Ya parecía acostumbrado a su actitud y nada de lo que dijese le resultaba ofensivo.

—Necesito hablar contigo—A secas respondió y del bolsillo de su chaqueta  tomó un cigarrillo y su fiel encendedor—Hay algo que necesito y solo tu puedes ayudarme—.

¿Es que a caso este tipo tenía alguna clase de deficiencia auditiva o ella no había sido lo suficientemente elocuente?

No quería nada que ver con él; no después del fiasco de la última vez.

—Vete a la mierda—Estaba dispuesta a cerrarle la puerta en las narices pero el pie de ese tipo fue mucho rápido que ella—Con un carajo, Shadow... vete de aquí y déjame tranquila—.

Ya tenía suficientes problemas en su vida como para tener que seguir lidiando con un idiota conflictivo como él.

Gerald, también conocido en los barrios bajos como Shadow The Hedgehog era lo que podía conocerse como una lacra de la sociedad.

Un malandrín malviviente que pasaba sus días en carreras de motocicletas y apuestas ilegales —y quizá, hasta cosas peores—. Golpeaba, robaba y ocasionalmente —según él— utilizaba sustancias recreativas.

Bah, daba igual. Ya se había prometido a sí misma no tener nada que ver con ese idiota lo que le restase de vida.

—He dicho que no—Seguía firme en sus palabras y estaba dispuesta a cerrar nuevamente la puerta aunque esta vez, él no se opuso.

—Ok, entonces no te interesa mi dinero—dándose la vuelta, la puerta se abrió nuevamente dejando a la fémina ligeramente interesada.

Desconfiada de la naturaleza de aquella visita, la joven mujer se lo pensó unos cuantos segundos.