11. Cuando se vuelve una perra oportunista

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¿Actualización simultánea? Sí, por que no...

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Capítulo XI
"Cuando se vuelve una perra oportunista"

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—No estás mintiendo, ¿No?—quería cerciorarse de que ese bastardo de ojos rojos no estuviera jugando con ella.

No sería la primera vez que le engañaba y se aprovechaba de su buena voluntad.

—¿Te parece que soy la clase de sujeto que bromea?—.

Ella negó.

—Me parece que eres la clase de bastardo oportunista que le vale madre el mundo con tal de obtener lo que quiere—.

Tenía razón, ambos lo sabían pero no era momento de hablar de sus muchas peculiaridades.

En vez de eso Shadow solo se limitó a mirar a otro lado y esperar que ella siguiera con sus pendejadas de siempre.

Esa perra era rencorosa, por eso le caía bien.

No en balde seguían en contacto después de las trastadas que se habían hecho mutuamente desde que se conocieron en su último año de bachillerato.

Porque la historia era tan larga y complicada que le parecía ridículo pensar en ello.

Lo único que tenía en claro es que esa mujer le era beneficiosa, aunque también le cagaba en partes iguales.

De cualquier forma la necesitaba en ese momento y debía ser inteligente con las palabras que salieran de su boca.

De lengua afilada por naturaleza, Shadow normalmente no se preocuparía por pensar antes de herir —acabar— a todos aquellos que se atrevieran a molestarlo, pero esa cabrona lo conocía y sabía que su orgullo era su némesis número y se aprovecharía tanto como le fuese posible.

—Entonces, cielito—él seguía evitando su mirada en un intento de serenarse—Creo que deberías darme mas detalles si de verdad necesitas tanto mi ayuda—.

Le costó, pero logró reunir suficiente paciencia para no insultarla y continuó con lo que había empezado.

—He pasado el suficiente tiempo con ese tipo para inferir que tiene problemas familiares—las pláticas que había escuchado estaban presentes en su mente y en algún punto sintió un atisbo de pena por ese Jr...—Es débil ante su padre y fácil de manipular—.

Alguien como Rouge no tendría problemas para acercarse a un sujeto con esas características.

Sobretodo con todo el historial que tenía detrás de ella y su tendencia por ser una hija de puta cuando la situación lo ameritaba.

La conocía lo suficiente para saber que la oferta le era muy tentadora y que no tenía razones para negarse ante algo que para ella resultaba como respirar.

Seducir y robarle a imbéciles lo venía haciendo desde los catorce, así que ya era habitual verla rodeada de sujetos dispuestos a darle el sol, la luna y las estrellas con tal de un poco de su atención.

No obstante, ella no quería ceder tan fácil.

Aún estaba dolida por la última vez que ese idiota le jugo chueco y lo quería hacer rabiar un poco.

—Suena tentador, cariño... pero te recuerdo que ya te estoy haciendo un favor—Poner a Pinky sobre la mesa era algo que interesó a ambos.

Shadow sabía que no debía alterarse, aunque la sola mención de su hermana menor siempre alteraba sus sentidos en modo defensa.

𝘋𝘪𝘴𝘰𝘭𝘶𝘵𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora