Zero no Tsukaima: Railgun no Rondo II

¿Qué somos?

Alguna vez les ha pasado que un día normal como cualquiera la pasan con mucha tranquilidad y en un simple instante ocurre una situación la cual hace que su mente los abandoné y el corazón y cualquier tipo de emoción ya sea buena o mala se apodera de ustedes y se comportan de manera que al día siguiente se arrepienten completamente de lo ocurrido?

Pues por eso mismo Misaka Mikoto estaba pasando, tanto así que casi no pudo conciliar el sueño en toda la noche.

Julio realmente supo cómo presionar sus puntos y sacarla de sus casillas, aunque claro está que hacer enojar a la Railgun no era nada difícil.

La oscuridad aún se apoderaba de la madrugada sin embargo gracias a que Mikoto aprendió rápidamente a calcular el tiempo en este mundo sabía con certeza que el sol ya estaba apunto de salir en unos cuantos minutos.

- Tal vez un poco de aire me haga sentir mejor.

Mikoto susurro para evitar despertar a Louise que aún estaba dormida, vistiendo se y colgando a Derflinger en su espalda que ya se había convertido en un hábito para ella salió al patio.

- Ah cielos, porque tuve que actuar así.

- Veo que te arrepientes de haber rechazado el beso de Louise compañera.

Al escuchar las palabras de Derflinger la castaña se puso completamente roja.

- ¡P-pero quien está hablando de eso!

La espada solamente se echó a reír por lograr esa reacción en su compañera.

- ¿Entonces cuál es la razón de que estés así compañera?

Derf le preguntó con un tono de voz juguetón, a la espalda realmente le divertía ver así a su portadora.

- Encerio que eres imposible...

Mikoto dijo, con pocas ganas de discutir, aunque el hecho de que Derflinger fuera una espada parlante hacía que no sonara del todo mal contarle lo que rondaba en su mente, después de todo a pesar de su forma tan burlona de hablar, el que no tuviera rostro era de bastante ayuda para poder expresarse mejor.

- Bueno verás, después de lo que sucedió en Tarbes y Louise y Y-yo n-nos be- bueno tu sabes, e-lla yo...

Que equivocada estaba, el hecho de que Derf fuera una espada no ayudaba a expresarse, lamentablemente para ella siempre tuvo ese problema con Touma, el resultado era que solo se la pasaba balbuceando sin poder formar una palabra coherente.

- ¡Se besaron!

Derf grito como si fuera lo más obvio.

- S-si bueno eso y también cuando nos habíamos dicho te a-mm...

- Vamos compañera soy una espada parlante pero eso no significa que entienda monosílabos.

- ¡Nos dijimos te amo! ¿Feliz?

En respuesta únicamente Derf se soltó a reír a todo pulmón, bueno si es que los tuviera.

- El punto es que desde que pasó... ¡Eso! Las cosas entre ella y yo bueno, no hay cambiado mucho.

Dijo esa última palabra con voz baja, como si tuviera temor de que alguien la escuchará.

- Así que era éso... ¡Lo que tú quieres es ser más íntima con ella!

- ¿¡Eh?!

Mikoto tuvo que juntar todo la fuerza de voluntad que tenía para no desmayarse al escuchar las burlas de Derf.

- ¡Quieres que Louise sea solo tuya!

A una velocidad sobre humana Mikoto descolgó a Derflinger de su espalda y la tomo entre sus manos frenética.