La verdad oculta

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Una de las cosas que más le desagradaba desde que llegó a este mundo era su incapacidad para poder entender básicamente todo lo que estuviera escrito, pues a pesar de que el idioma que se manejaba en Tristain y el resto de países era similar al francés de su mundo variaba tanto que simplemente le imposibilitaba entender.

Solo gracias al hechizo que le lanzo Louise cuando la trajo fue lo que le hacía entender lo que la gente decía, por ejemplo ahora puede escuchar diversos gritos de felicidad de la gente a su alrededor alabando al ejército de Tristain y a la reina.

- ¡Mikoto mira ganamos la primera batalla!

En cuento escuchó la palabra batalla la emoción que Louise le transmitía desapareció en un instante.

- ¿Qué se supone que dice ahí?

Mikoto señaló al cartel en frente de ella, el cual era la razón del alboroto de toda la ciudadela.

- A una semana después de la declaración de guerra, con la combinación del ejército de Tristain y Germania se lograron neutralizar a los enemigos antes de llegar a Albion logrando una victoria aplastante y con el mínimo de bajas.

Bajas, lo que era igual a decir que la muerte de mucha gente que ni siquiera se conocía entre si no importaba fuera del papel.

En cuanto Louise le tradujo aquel anuncio, un destello de su mente le recordó cierta masacre en donde asesinaron a sangre fría a miles de chicas que compartían su mismo ADN, era una culpa que estaba totalmente segura que jamás podría olvidar, ya con la sensación de náuseas se dió la vuelta dispuesta a ir a cualquier lugar lejos de esa gente alegre.

- Si, parece que las ganas de Henrietta por detener la guerra no eran muchas.

- ¿Qué estás sugiriendo?

La pelirrosa preguntó comenzando a enojarse al escuchar la manera tan irrespetuosa con la que su familiar se había dirigido a la reina.

- Nada, solo... amargos recuerdos supongo.

Le gustará o no desde que decidió quedarse en este mundo dentro de ella broto alguna especie de responsabilidad por proteger su ahora temporal hogar de manera indefinida, y si bien no estaba en contra de ello, eso significaba que la guerra que se estaba suscitando en ese momento era un problema en el que tarde o temprano tendría que involucrarse.

Por otro lado Louise no estaba muy segura de como reaccionar, pues a pesar de las ganas de reprender a la castaña por hablar tan informal de la reina no le faltaron, la cara que había hecho era una nueva faceta que no había visto en ella por lo que decidió otorgarle un poco de espacio.

Ya estaban cerca de la academia y el ambiente estaba igual de incómodo que antes, por lo que Louise en este punto se le ocurrió una sola cosa para tratar animar a su familiar así que cerciorandose de que no hubiera nada a los alrededores tomo el brazo de la castaña y se sujeto recargando su cabeza en su hombro tratando de transmitir sus sentimientos.

- ¿Mhn?

Mikoto salio de sus pensamientos al notar aquel curioso acto de la pelirosa, no es que estuviera en contra, por supuesto que no, era solo que a no ser que estuvieran en la habitación Louise no solía ser del tipo que hace muestras de afecto en público aunque claro en ese momento el único público que podrían tener son los insectos que yacian en el pasto.

Entonces optó por recargarse lentamente sobre la cabeza de Louise correspondiendo el gesto sintiendo una felicidad demasía dulce brotar de su pecho haciéndole olvidar casi por completo lo que estaba pensando hace un momento.

- ¿Uhhh? ¿Así que ustedes dos estan en ese tipo de relación?

Las dos abrieron los ojos de golpe ante la pregunta que recibieron ocasionando que se dieran un cabezazo que al parecer Louise apenas y sintió, pues en una fracción de segundo al salir de su estupor empujó velozmente a Mikoto a un lado haciendo que cayera de golpe al suelo. 

Zero no Tsukaima: Railgun no Rondo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora